El foco de atención electoral esta semana estuvo en la Corte de Constitucionalidad (CC). La máxima corte del país tomó decisiones que dan certeza y reducen el mar de incertidumbre que prevalecía en la elección. Independientemente de que usted esté a favor o en contra de lo resuelto, las decisiones se deben respetar y hacer prevalecer la institucionalidad.
PUBLICIDAD
Las decisiones de la CC dejaron fuera de la contienda electoral a Zury Ríos, del partido Valor, y a Thelma Aldana, del partido Semilla. Esta decisión tiene un impacto interesante en la elección. En primer lugar, da certeza al proceso electoral.
A pesar de que existe la posibilidad de que aún se caigan un par de candidatos más, a un mes de la elección, podríamos decir que está prácticamente definido cuáles binomios estarán en la papeleta que usted tendrá en las urnas electorales.
Por otro lado, al definir las piezas que se quedan en el tablero, los partidos políticos pueden, en lo que les resta de campaña, realizar ajustes a sus estrategias electorales. Ahora habrá una carrera desalmada en el “pelotón” de los “enanos” para lograr capturar el voto que se ha quedado huérfano con la salida de Ríos y Aldana.
No olvidemos que ellas tenían, según la mayoría de las encuestas publicadas, más o menos el 25% de la intención de voto (Ríos +/- 15% y Aldana +/- 10%). La meta es, para muchos competidores, colarse a la segunda vuelta, partiendo del escenario en que Sandra Torres está sentada esperando al “rival”.
La carrera está abierta para prácticamente cualquier candidato. Los partidos redoblarán esfuerzos y enfocarán sus energías para convencer al electorado huérfano que se quedó sin candidatas y aquel que está dispuesto a votar, pero que aún no decide por quién lo hará.
Es una tarea difícil si partimos que la mayoría de los candidatos son desconocidos y tienen estructuras partidarias bastante débiles.
PUBLICIDAD
Muchos estarán frotándose las manos pensando en que el votante que se quedó sin candidata los volteará a ver y les guiñará el ojo. No es tan fácil como se piensa. El reto es duro en un sistema en el que el voto es muy difícil de “endosar” de un candidato a otro, o de un partido a otro. Los escenarios no se construyen sumando y restando los porcentajes de las encuestas electorales.
No olvidemos, para redefinir las estrategias electorales de los partidos y construir los escenarios, algunas de las características de nuestro sistema de partidos políticos y electoral, y algunos rasgos del comportamiento del electorado en el país, para tratar de identificar lo que sucederá con el voto que respaldaba a las candidatas que están fuera de la elección.
Los partidos no son instituciones con dirigentes, afiliados y simpatizantes disciplinados e ideológicamente comprometidos. Los intereses electorales y en alguna medida, los beneficios esperados, principalmente de los candidatos a alcaldes y a diputados, ayudan a entender cómo se mueve la estructura partidaria en el territorio.
No basta con que los dirigentes nacionales, incluyendo a las excandidatas, llamen y pidan a su “electorado” que apoyen a otra opción política. Recordemos que prevalece el rasgo presidencialista en la cultura política de los guatemaltecos. ¿Qué sucede ahora con Valor y Semilla? El desafío es movilizar una estructura electoral que se aglutinó, en gran medida, alrededor de Ríos y de Aldana.
Los candidatos presidenciales que aún están inscritos deberían preocuparse más por convencer al votante y no estar esperando de brazos cruzados que les “endosen” el voto. ¿Qué opina usted? ¿El voto se puede endosar?