El tema económico es el que más preocupa a los guatemaltecos. Un país debería ofrecer como mínimo a sus habitantes salud, educación, seguridad y oportunidades de trabajo para generar sus propios ingresos y tener una vida digna. Sin embargo, la economía del país no progresa.
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De los casi siete millones de personas que pertenecen a la población económicamente activa (PEA) se estima que tan solo 4.01 millones son asalariados. Lamentablemente solo 1.31 millones están registradas como trabajadores formales en el seguro social. Otras 750 mil laboran en los Estados Unidos, quienes aportan casi el 12% de la producción nacional, cifra que supera la carga tributaria del año pasado que fue menor del 10%; mientras las remesas aumentan, los ingresos tributarios disminuyen.
Durante las últimas décadas, Guatemala ha experimentado múltiples cambios en su estructura productiva. A pesar de algunos avances, el país ha sido incapaz de articular una estrategia de desarrollo de largo plazo cuyo objetivo sea incrementar los ingresos de la población por medio de oportunidades de empleo más productivas, mejor remuneradas y con protección social.
“Un país debería ofrecer como mínimo a sus habitantes salud, educación, seguridad y oportunidades de trabajo”.
Se tienen bajas tasas de crecimiento del país, con relación al aumento poblacional. Hay poca inversión total y por trabajador, la productividad es escasa y hay poca capacidad para generar empleos más productivos, formales y a gran escala.
Muchos podrán argumentar que si se elevaran las tasas de crecimiento e inversión, la productividad de los factores, la eficiencia de las instituciones del Estado, el nivel educativo de la fuerza laboral, la calidad y la cantidad de infraestructura productiva, y la mejora de la seguridad ciudadana y certeza jurídica sobre las inversiones, se aumentaría el empleo. Sin embargo, podría resultar insuficiente para generar oportunidades de empleo productivo y formal masivo si no se da una transformación productiva.
Según un estudio reciente presentado por CIEN como parte del proyecto Ruta para el Desarrollo de Guatemala, se señala que la estructura productiva actual se adaptó a acumulación de factores negativos y a la desarticulación de una estrategia de desarrollo orientándose hacia sectores menos intensivos en el uso de mano de obra. Se han utilizado procesos productivos y tecnologías ahorradoras de mano de obra, sustituyendo al trabajador por capital, y orientando su producción hacia el mercado doméstico.
Ahora bien, la investigación señala que si se desea afrontar con éxito el reto de la generación masiva de empleo productivo, formal y mejor remunerado, se requiere de una transformación productiva que promueva actividades económicas intensivas en el uso de mano de obra, con capacidad de absorber grandes cantidades de trabajadores poco calificados, permitiendo una mejora continua de la productividad laboral. Su producción debe dirigirse a los mercados internacionales y bienes y servicios con creciente valor agregado (como la industria manufacturera: confección de vestuario, calzado, muebles y otros).
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CIEN recomienda dos acciones en el corto plazo: Primero, modificar los incentivos económicos actuales a favor de las actividades con alto potencial de generación de empleo formal. Deben generarse condiciones habilitantes específicas para sectores como la manufactura ligera, los servicios intensivos en mano de obra y agricultura intensiva en mano de obra de alto valor agregado. El desarrollo de los sectores se tiene que reflejar en mejoras en la productividad laboral de manera sostenida y en aumentos en el valor agregado de los productos, que tienen la capacidad de comercializarse a nivel internacional.
La segunda tiene relación con asegurar que los costos laborales sean competitivos y predecibles en el tiempo. Para garantizar la creación de empleo formal, deben promoverse reformas que garanticen la competitividad de los costos laborales respecto a los más cercanos competidores, así como la certeza en la evolución de este costo a lo largo del tiempo. Por lo tanto, se requiere modificar el mecanismo y frecuencia como actualmente se fijan los salarios mínimos, y hacerlo en función a criterios técnicos e independencia de intereses políticos. Asimismo, es importante avanzar en la flexibilización de las regulaciones laborales, procurando generar condiciones que garanticen la certeza jurídica de las nuevas reglas, así como su estricto cumplimiento.
La gente sobrevive y es urgente que viva su propio sueño. Mientras no se haga la transformación del sector económico, seguiremos contando con informalidad para la inmensa mayoría, pobreza, emigración y una gran frustración en los habitantes. ¿Cuál candidato tiene la mejor propuesta económica? ¿La generación del empleo debería ser la prioridad nacional? ¿Por qué actualmente más población desea irse del país?