Opinión

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“THE STRIP. Rodeados de la más colorida decadencia, en esta ciudad disfrazada de parque de diversiones, una joven voz me dice: ‘En Las Vegas, la gula no es un pecado capital; es un mandamiento’. ‘Como la corrupción en Guatemala’, le contesto”.

MIL TALLAS DE DIFERENCIA. Uno, en su intemperie sin blindajes, siente que la democracia está en peligro. Y todo porque a esos aún les queda un poder grande. Ellos, en su tembloroso pedestal, sienten el peligro de la democracia. Porque siempre les quedó grande el poder.

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CIERRA LA SIERRA, POR FAVOR. Entre un aserradero que termine de matar a los árboles y un “abiertadero” que los salve, prescindo con gusto de la madera.

“AGENTES ENCUBIERTOS. Los más ruines actores de la perversidad, que buscan sin sonrojo arruinar la ‘fiesta electoral’, pretenden azuzar a un cómplice decisivo que en otras ocasiones les ha seguido el juego: El votante inconsciente”.

AL MEJOR ESCRIBANO SE LE VA UN BORRÓN. Las autoridades ponen a su disposición un servicio exprés para alterar partes policiales. No importa qué se haya consignado antes: Todo es corregible. La consolidación de las instituciones bien vale una pequeña enmienda.

DOS VECES BUENO. Confiar en aquel a quien uno abraza equivale a un techo que protege de los vendavales, pero que a la vez permite ver el cielo.

LA VIDA EN EL ESPEJO (Y NO ES TELENOVELA). Un espejo roto no rompe la vida, solo su reflejo. Una vida rota rompe en llanto, aunque no refleje nada de sus lágrimas. Un reflejo roto sangra por la vida, haya o no espejo, y se rompe entero frente al llanto. Incluso los ciegos saben con certeza cuando los añicos del alma se ven frente a frente con unos ojos que se desangran.

THE STRIP. Rodeados de la más colorida decadencia, en esta ciudad disfrazada de parque de diversiones, una joven voz me dice: “En Las Vegas, la gula no es un pecado capital; es un mandamiento”. “Como la corrupción en Guatemala”, le contesto. El buffet está servido. Sigue ahí. Y se resiste a limpiar la mesa.

CONTIGO EN LA DISTANCIA. La noche la ve de lejos a ella, deseando estar cerca de su gracia. La noche, cercana a ella, se lleva lejos su gracia para traérmela aquí.

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PREGUNTAS VÁLIDAS. ¿Qué será mejor? ¿Entregar los pies o dar pie a una entrega? ¿Acaso celebrar al ponernos de cabeza? La respuesta: Entregar los pies y dar pie a una entrega, celebrando de pies a cabeza

AGENTES ENCUBIERTOS. Los más ruines actores de la perversidad, que buscan sin sonrojo arruinar la “fiesta electoral”, pretenden azuzar a un cómplice decisivo que en otras ocasiones les ha seguido el juego: El votante inconsciente. En esa alianza estratégica suelen ganar los candidatos que después, ya electos, traicionan a los ingenuos que en campaña vieron en ellos algún atisbo de esperanza. En ese “compadre hablado”, con los agentes de la perversidad, nos imponen el silencio. En esa “sociedad anónima”, entre quienes compran al títere, firman un pacto con lo que no tiene nombre. En el asesinato a cuentagotas de la democracia promueven un suicidio colectivo.

LA HORA DE DORMIR. Nada tan estridente como una quietud dispersa que intenta disfrazar un insomnio.

ANOTHER TRICK IN THE WALL. Los millonarios deberían irse pronto del país. También los ricos. Y aquellos que integran la clase media alta. Asimismo, la clase media pura. Tendrían que hacerlo antes de que el saqueo recurrente, a veces perpetrado en nombre de Dios y de la familia, termine de aniquilar los ríos y los bosques. Todos ellos son lentos en su visión de leer el futuro. Los pobres se les adelantaron ya. Por eso tantos se van a diario. Por eso las caravanas. Por eso el éxodo.

PERFECTO AMOR. Entre parejas, no es lo mismo “darse todo” que “darse de todo”. La vida es así: “Darse todo” implica necesariamente “darse de todo”.

LA RISA, REMEDIO INFALIBLE. Vivimos en un país de comedia. Una comedia muy barata, pero que nos sale sumamente cara. Una comedia vulgar en la que reír es un audaz simulacro que disimula las congojas. Es la mala copia de un circo decadente. Tanto así que, de pronto, ese trapecista mental que nos mantiene en permanente riesgo se precipitará hacia el suelo, sin red que lo proteja, y la carpa entera se nos caerá encima. Veremos entonces si nos da risa. Veremos entonces si alcanzamos a fingir que tal cosa nos divierte. Veremos entonces si el que ríe de último, ríe aun peor.

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