El pitazo inicial lo dará el TSE y el partido por la presidencia, las diputaciones (Congreso y Parlacen) y las alcaldías estará marcado por la implementación de las nuevas normas electorales, en varios aspectos, y una crisis política que le pondrá un tono interesante.
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Los equipos están casi listos con los fichajes y los jugadores están empezando a calentar para entrar al juego. Esperamos que respeten el “fair play” y no utilicen campañas negras o jugadas sucias para desacreditar o bloquear a los contrincantes; es mejor que se preocupen por elaborar y presentar propuestas de solución a los problemas del país.
El árbitro, que será el TSE, se ha preparado para organizar la elección con las nuevas reformas y el Var Electoral, que será la CC, estará esperando resolver las disputas que se darán en la cancha. El inicio del partido se está dando en un clima de dudas e incertidumbre. Es normal. La normativa electoral está viviendo un profundo proceso de transición en varios elementos del sistema electoral y en gran medida estaremos frente a una elección novedosa.
El impacto de las reformas aprobadas en 2016 se pondrá a prueba y se espera, en muchos aspectos, que tenga resultados positivos para el fortalecimiento de nuestro sistema democrático, de lo contrario, se tendrá que asumir una postura responsable y ajustar, mediante nuevas reformas o disposiciones internas en el TSE, las medidas para corregir las deficiencias.
Una perspectiva incremental y de proceso. Por ello, los invito a que tengamos los ojos bien abiertos porque sucederán cosas bastante interesantes. Los ciudadanos siempre terminamos considerándonos actores externos y poco influyentes en las elecciones.
Es cierto, por ejemplo, cuando analizamos la capacidad que tenemos, siendo o no afiliados a los partidos políticos, para influir en las decisiones como la postulación de candidatos es mínima, evidenciando lo poco democráticos que terminan siendo estos procesos.
Los candidatos son impuestos por la dirigencia de los partidos, sin utilizar mecanismo para tomar la opinión y consideración de los afiliados. Sin embargo, a pesar de que los espacios de incidencia en las candidaturas son limitados, resulta interesante explorar otras esferas en donde esa relación está invertida, y nosotros como ciudadanos podemos tomar un papel relevante y no quedarnos en la banca como suplentes o en las gradas como aficionados expectantes.
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El dilema está en si queremos asumir ese compromiso y pasar a tener un papel activo. Dejar por un lado ese sentimiento de impotencia y conformismo. Usted se estará preguntando, con un poco de escepticismo y dudas, qué es lo que estoy tratando de decir.
No hay que rebuscar mucho. Podemos abuchear a los jugadores que metan falta, reclamar al árbitro si no pita una falta o mala jugada. Seleccionar y apoyar a un equipo y sus jugadores, incluso ponernos la camisola.
Una de las opciones es jugar en los órganos temporales (juntas departamentales, municipales y receptoras de votos). Estos espacios son determinantes para el resultado electoral, ya que son los ciudadanos distribuidos en las miles de mesas de votación quienes reciben y cuentan los votos, trasladan la información para que el TSE dé los resultados electorales. Imagine, usted: El resultado de la elección descansa en los ciudadanos y no en el TSE, el cual los publica.
Es importante resguardar, por la legitimidad y credibilidad, los votos que serán emitidos, y eso está en nuestras manos. Por otro lado, también podemos jugar observando y fiscalizando las campañas de los partidos.
No solo exigiendo que presenten propuestas concretas y no nos vengan a vender promesas baratas, sino también presentando al TSE denuncias cuando veamos que partidos o candidatos incumplan la normativa electoral. Por eso, la invitación es a que sea un jugador clave en el partido. ¿Quiere ser titular, suplente, aficionado o no quiere entrar al estadio? Usted escoge. Ojalá se anime y sea un jugador importante en el partido electoral.