Opinión

Lo que se nos viene en el 2019

Los desafíos que enfrentaremos el próximo año serán clave para la institucionalidad, gobernabilidad y la democracia en el país. La vida política del país estará inmersa en un doble eje de aspectos que influirán de manera determinante en la coyuntura política, que ya de por sí está intensa.

Por un lado tendremos elecciones en los tres poderes del Estado (Ejecutivo, legislativo y Judicial) y las corporaciones municipales; y por otro, un período de transición, para que tomen posesión las nuevas o reelectas autoridades, más largo de lo que estábamos acostumbrados.

En el primero de los casos, las elecciones es necesario resaltar varios aspectos. El primero de ellos es el papel que podemos los ciudadanos jugar en el proceso electoral. Considero que las elecciones se pueden convertir en una oportunidad valiosa para exigir a los partidos políticos una campaña con propuestas para solucionar los problemas que enfrentamos en el país, en los diferentes niveles de elección (presidente, diputados y alcaldes).

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Es hora de que las organizaciones políticas dejen por un lado las campañas sin “sustento” y nos brinden planes, programas y propuestas concretas, o bien, que nosotros como ciudadanos se los exijamos y no terminemos endosando nuestro voto a candidatos y partidos que solo nos ofrecen falsas promesas.

Ejemplos tenemos muchos y nos ha salido bastante caro como país. Por ello, un desafío está en exigir una campaña de altura a los candidatos que participarán en las elecciones.

De igual manera, para la elección en el organismo judicial de los magistrados a las cortes de apelación y la Corte Suprema de Justicia, el papel que podemos jugar los ciudadanos es fiscalizar el trabajo de las comisiones de postulación y la elección que hará el Congreso de la República.

Esta elección es sumamente importante para la independencia del sistema de justicia. Fiscalizar el proceso para que los candidatos electos cumplan con los perfiles de idoneidad, capacidad y honradez.

Ojalá la elección de los jueces no se vayan a ver opacadas por las elecciones generales y los intereses de actores internos y externos al sistema político que estén más interesados en cooptar el sistema de justicia. Que el resultado de la misma fortalezca la independencia de este organismo del Estado. Los casos de pactos que buscan promover la impunidad y tener acceso privilegiado para obtener ventajas y beneficios en los procesos judiciales están muy bien registrados en nuestra historia política.

Por otro lado, el segundo eje que podría influir en la dinámica política es el proceso de transición en los diferentes cargos de elección. En este caso, también puede ser una oportunidad para generar espacios de discusión y debate sobre las acciones de política pública.

Un periodo de transición, entre las autoridades salientes y las entrantes, a manera de que se pueda por un lado no solo facilitar la información a los que asumirán las funciones en enero del 2020; sino que estas mismas autoridades, las electas o reelectas, asuman y plasmen por un lado sus propuestas de campaña y las empiecen a encajar en las políticas públicas que se venían implementando. Es decir, establecer las cosas que se continuarán haciendo, las que se modificarán y aquellas que se incorporarán.

Estos dos ejes, las elecciones en los tres organismos del Estado y el periodo de transición, entrarán en un contexto político bastante complejo, que en alguna medida puede influir o ser influido, esto lo determinará la dinámica y la forma en que actúen los actores.

No obstante, estará en juego la institucionalidad y consolidación democrática, así como la gobernabilidad, y la lucha contra la corrupción e impunidad.

Por el momento, le deseo a usted que me acompañó a lo largo de todo este año con su lectura atenta y crítica, unas muy felices fiestas de fin de año, que en los espacios donde compartirá con sus seres queridos prevalezca la paz y armonía, así como también que el 2019 venga lleno de alegrías.

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