Tuve el privilegio de visitar la enorme e increíble ciudad de Nueva York en días recientes, gracias a la amable invitación de fundaciones estadounidenses y empresarios guatemaltecos libertarios para un seminario sobre las ideas de la libertad en esta mítica ciudad, meca del capitalismo mundial, y que me demostró que somos miles de miles los seres humanos que en todo el mundo constituimos fuerzas liberales que nos enfrentamos a las tiranías y a la extrema izquierda en todo el mundo.
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Mi deseo siempre fue regresar a Nueva York, a donde fui de niño hace más de 32 años, una vez se hubiese reconstruido esa parte de la ciudad, destruida por los cobardes ataques terroristas de Al Qaeda, y hubieran sanado de las heridas del terrorismo islámico del cobarde de Bin Laden y sus fanáticos seguidores, luego de la tragedia del 11 de septiembre de 2001 y de casi dos décadas de guerra antiterrorista de guerrillas contra los talibanes en Afganistán.
Tuve la oportunidad de presentar mis respetos y hacer una oración en los monumentos a las Torres Gemelas del World Trade Center y hacer una pequeña oración por las miles de víctimas de los terroristas que estrellaron aquellos aviones civiles de pasajeros inocentes contra esas enormes estructuras y contra el Pentágono y en ese campo en Pensilvania, símbolos del capitalismo de la ciudad de Nueva York y el mundo entero.
“Mi deseo siempre fue regresar a Nueva York, a donde fui de niño hace más de 32 años, una vez se hubiese reconstruido esa parte de la ciudad, destruida por los cobardes ataques terroristas de Al Qaeda”.
Fue para mí de gran alegría ver el enorme rascacielos One World Trade Center, diseñado por el arquitecto estadounidense Daniel Libeskind, de 1776 pies de altura (lo que recuerda la fecha de la independencia de los Estados Unidos de América, el 4 de julio de 1776), ¡eso es más de 540 metros! La Torre de la Libertad, o Freedom Tower, que se erige en el mismo sitio del Financial District del Lower Manhattan, en la parte financiera de la ciudad, a escasas cuadras de la bolsa de valores más importante del mundo: Wall Street, una torre moderna, sobria, enorme, radiante, una estructura totalmente recubierta de vidrio y acero que brilla solemne e imponente en el nuevo cielo y skyline de la ciudad, al sol del otoño en noviembre, y ver la impresionante arquitectura moderna de esa reconstrucción de la ciudad, totalmente restablecida y el testimonio más claro y expreso del fracaso total del terrorismo contra los EE. UU. y la hermosa ciudad de Nueva York.
La ciudad, quizá la más filmada en la historia del cine moderno, es de verdad un ícono mundial. Caminar por sus calles y museos, ver el Guggenheim, el MOMA, The Met, el Central Park, ver sus rascacielos, caminar por sus calles y oír voces de todo el mundo, es de verdad un espectáculo esperanzador para el impulso humano, la resiliencia de la civilización occidental y la salud del capitalismo estadounidense y global. Que a pesar del terrorismo, del socialismo y el comunismo y de la constante denigración y el ataque de los valores judeocristianos de la civilización occidental, nuestra civilización está viva y de pie en el mundo entero, el capitalismo global es hoy una de las fuerzas creadoras y la única y real fuerza de reducción permanente de la pobreza masiva en todo el mundo. Sus enemigos están hoy mucho más lejos que nunca de derrotar los ideales que informan al sistema capitalista occidental que ahora es global, que tiene sus raíces judeocristianas en la creencia tolerante en Dios, con libertad de culto, el gobierno constitucional republicano, la democracia para el traslado pacífico del poder por elecciones libres, y la propiedad privada y libertad individual como los grandes faros de luz civilizadora de la humanidad.
En estas épocas, y en esta semana del Día de acción de gracias, tradición estadounidense por excelencia, un día familiar en el que millones de familias, incluyendo a la mía, nos reunimos a darle gracias a Dios por la familia, por la vida, por nuestra libertad y las bendiciones materiales y espirituales que Dios, nuestro señor, nos da, quiero mandarle un saludo y un tributo al valiente pueblo de los Estados Unidos de América, que al igual que la valiente y resiliente ciudad ícono de Nueva York, hoy están de pie más fuertes que nunca, luchando por su libertad y siendo un faro de esperanza para millones de seres humanos y familias en todo el mundo. Happy holidays and happy Thanksgiving Day! ¡Para todos los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo! ¡Dios salve a Guatemala y a la República!