Opinión

¡Existe un camino para cambiar Guatemala!

“Posiblemente el tema más controversial es qué hacer para acabar con la corrupción y mejorar la gestión pública en Guatemala”.

Inicia noviembre, con su clima fresco y hermosos celajes. El 1 de noviembre se celebra una de las fiestas más familiares y bonitas que tenemos. Aprovechamos para juntarnos, preparar el fiambre y agradecer la vida. También es un momento en el que recordamos a nuestros seres queridos que partieron. Reflexionamos sobre lo que tenemos y nos preparamos para iniciar las fiestas de fin de año. Abrimos el corazón y nos ponemos más sensibles y comprensivos.

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En estas reuniones siempre surgen temas complejos de abordar. Es complicado discutir objetivamente y ponerse de acuerdo en distintas áreas; sin embargo, pareciera que luego de explicar los puntos de vista, separar las pasiones de la realidad y entrar al análisis de los datos y conocer lo realizado en otros países, allí se ve luz al final del túnel.

Uno de los temas más preocupantes es el futuro político del país. Constantemente se anuncia la cancelación de partidos políticos y el surgimiento de nuevos. Muchos desconocen que hay reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), por lo tanto, las elecciones serán en junio del año entrante y la propaganda se manejará centralizadamente. Además, debido a la ambigüedad de la nueva normativa, no hay espacios para conocer a los futuros candidatos a presidente, más que los viejos políticos. A varios jóvenes no les interesa más que lo que pasa en los países desarrollados y en las redes sociales. No conocen ni quiénes son los gobernantes guatemaltecos, mucho menos las ideas y proyectos que proponen los distintos partidos. Es serio que algunos jóvenes no saben que para votar deben empadronarse, y que prácticamente les quedan tan solo tres meses.

El tema de los migrantes que partieron de Honduras hacia Estados Unidos ha generado mucho debate. Varios están totalmente enganchados con las historias personales que transmiten los medios de comunicación. Otros argumentan que no deben violentarse las fronteras. También hay muchos que se identifican con los migrantes ya que más de algún pariente vive en Estados Unidos. Además, surgen los comentarios de las elecciones de mitad de período que se celebrarán mañana, martes 6 de noviembre, en este país, las cuales podrían cambiar el balance de poder en el Senado, el Congreso y las gobernaciones, que hoy dominan los republicanos. Adicionalmente se escuchan múltiples críticas por la forma tan frontal como se comunica el presidente Donald Trump. Sin embargo, también circula información de los logros del presidente de aquel país. Se aprecia que ha cumplido una buena cantidad de promesas, en especial en el ámbito económico, logrando el crecimiento de la producción, la generación de empleo y la baja de impuestos.

Regresando al nivel local, posiblemente el tema más controversial es qué hacer para acabar con la corrupción y mejorar la gestión pública en Guatemala. Impresiona el poco conocimiento que hay al respecto. Hemos notado que la persecución penal y el miedo no han sido suficientes para cambiar la cultura de la sociedad. Una normativa obsoleta, poca capacidad de los equipos de las distintas instituciones para ejecutar y se prioriza emplear a más burócratas (la masa salarial) que la inversión en los ciudadanos. Se continúa con el amiguismo y no se prioriza la capacidad. Hay muy poca discusión técnica de cómo mejorar los servicios públicos, pero sí existen severas críticas. No hay planificación, especialmente a mediano plazo. El dictamen del presupuesto para el año 2019 de la comisión de Finanzas y Moneda del Congreso al menos fue realista con reducirlo en Q2 mil 060 millones; sin embargo, se mantienen las asignaciones para el pacto colectivo en educación, aumentos en salud pública sin carrera profesional, y programas y proyectos innecesarios. No hay cambios sistémicos. Lamentablemente, tendremos más gasto y menos resultados.

Hay poca innovación y creatividad respecto a propuestas para cambiar el país. Sería de estudiar minuciosamente los países en el mundo que mejor desempeño han tenido en los últimos años como República de Corea, Irlanda, Australia o Chile y proponer nuevos modelos de gestión pública con principios como el mérito, la honradez, la eficiencia, la solidaridad y la rendición de cuentas. Tomará varios años avanzar, pero vale la pena. Para transformar un país se requiere de mucha inspiración, coraje y voluntad, lo cual se logra con una visión clara, un equipo de profesionales, un plan definido, una estrategia clara, trabajo arduo y comunicación constante de los retos y los avances.

¡Existe un camino para cambiar Guatemala! ¿Está empadronado? ¿Cuántos candidatos a presidente conoce? ¿Le gustaría que hubiera una discusión seria y profunda de cómo transformar nuestro país?

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