Los diputados están tratando de reformar el artículo 205 Ter de la Ley Electoral y de Partidos Políticos -LEPP- que por un lado impide el transfuguismo y por otro puede llegar a bloquear la posibilidad de que los diputados tránsfugas sean candidatos el próximo año, ya que solo lo podrían hacer en el partido por el cual fueron electos. ¿Qué harán los diputados tránsfugas y aquellos que fueron electos por partidos que fueron cancelados? No está de más recordar que muchos diputados no habían tomado posesión y ya se habían cambiado de partido, desdibujando por completo el Congreso que el elector pintó en las elecciones de 2015. Una situación nunca antes vista.
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“La reacción tardía, oportunista y egoísta de quitar las ‘trabas’ para ser candidatos muestra la cara poco amable de los diputados”.
La iniciativa de reforma está en la Comisión de Asuntos Electorales y pronto, según varias fuentes, saldrá el dictamen favorable para que continúe el proceso legislativo. No sorprende que los diputados estén interesados en esta medida, ya que peligra la posibilidad que tienen para buscar la reelección. Es lamentable que los diputados, en medio de las prioridades de país, estén interesados en aprobar esta reforma. Por la naturaleza de la LEPP se necesita, además de los 105 votos, que la CC emita una opinión y que luego el Congreso la apruebe con el mismo número de votos. ¿Ese mismo interés tienen con otras iniciativas? Cada día la agenda legislativa rezagada y pendiente se hace más grande.
El Congreso está mandando un mensaje muy negativo a la ciudadanía, ya que fueron estos mismos diputados que al inicio de la legislatura aprobaron esta medida y ahora que ven que les afecta, ellos mismos quieren reformarla. ¿Estaban conscientes de lo que aprobaban o simplemente levantaron la mano y votaron por algo que desconocían? ¿Ha sucedido con otras leyes? Este actuar pone en tela de juicio el compromiso y sobre todo la atención y seriedad que le dan a la aprobación de las leyes en el pleno. Pareciera que simplemente llegan a levantar la mano al hemiciclo.
“¿Qué harán los diputados tránsfugas y aquellos que fueron electos por partidos que fueron cancelados?”
La discusión sobre la reforma se aleja de analizar si la medida es efectiva para frenar el transfuguismo en el Congreso y si contribuye a fortalecer a los partidos políticos. Los diputados históricamente se han burlado de la voluntad popular y se mueven de partido en partido, buscando el mejor vehículo electoral que les permita su reelección. Los movimientos no son consultados con las bases partidarias, argumento que citan los legisladores cuando se les cuestiona el cambio de partido. Los afiliados son un requisito formal y no están involucrados en las decisiones que toman los dirigentes.
La reacción tardía, oportunista y egoísta de quitar las “trabas” para ser candidatos muestra la cara poco amable de los diputados y evidencia que les interesa solamente sus beneficios y mantenerse en la curul. A los diputados no les interesa discutir medidas que democraticen e institucionalicen a los partidos políticos. No estoy diciendo que el 205 Ter de la LEPP cumpla con ese objetivo, pero sí estoy seguro que eso no les interesa a los diputados, que lo único que quieren es tener partidos centralizados y poco institucionalizados para tener el control de las candidaturas.
¿Acaso no podemos soñar con un Congreso que esté interesado en ver qué tipo de reformas son necesarias para mejorar la representación y legitimidad del Organismo Legislativo y de sus diputados? El interés que muestran para reformar un artículo que les perjudica no es el mismo que muestran cuando se habla de cambiar la forma de elección, a través del voto preferente o un sistema de listas abiertas, o cuando se habla de reformar los distritos, solo por citar unos ejemplos. ¿Por qué? Saque sus conclusiones. ¿Qué opina usted?