Son tres, todo el mundo lo sabe con detalles, especialmente los partidos corruptos que trafican poder y que los controlan desde el Congreso.
La directora (alfil, oh sorpresa, de S. Torres) de este circo corrupto ha terminado de destruir la reputación y el respeto que alguna vez la Corte tuvo y que alguna vez representó todo lo correcto y justo del derecho, en la figura de don Arturo Herbruger. Ahora esa Corte está tirada en suelo, arrastrada en el fango de la corrupción y de una dictadura que usurpa el poder de forma totalmente arbitraria, ilegal e inconstitucional.
Esta ideología extremista y totalitaria que exige en los EE. UU. al igual que en Guatemala 13 distintos tipos de “sexualidad” y que quieren abortos gratis para todos, ellos son los “avanzados”, los de “vanguardia”.
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El nuevo sistema de gobierno guatemalteco se llama “gobierno por amparo ilegal”. Esa corte totalmente arbitraria, y que otorga amparos manifiestamente ilegales y en presunto prevaricato flagrante, suplanta los poderes y las potestades del presidente de la República y del Congreso; y cuando a sus patrones: embajadas, partidos corruptos de izquierda (UNE) y los millones de dólares y euros de las oenegés, truenan los dedos, los abogados corruptos que trafican impunidad o el PDH, otro político usurpador de esa oficina que en algún momento representó un anhelo justo de limitar el poder público, interponen amparos ilegales para parar al gobierno e impedirle ejercer sus poderes y funciones constitucionales. Esta corte usurpadora de poderes públicos que no tiene ha impedido expulsar al “non grato” de Velásquez y a Kompass, ha querido defenestrar a una junta directiva del Congreso que ellos no controlan y se aprestan a cancelar al FCN y seguramente a otros partidos de derecha para dejarle el campo libre a la UNE en las siguientes elecciones (y, por supuesto, fracasarán igual que la última vez, pues los guatemaltecos estamos cansados ya del circo de la CICIG, las embajadas, y las ONG con la UNE de aliado absoluto).
Así de obvio y burdo es el juego y a cualquiera que se les oponga, los cuestione o los exponga como lo que son, inmediatamente se le demanda, se le denigra, se le inventa uno o varios delitos con evidencia o testigos falsos y se le tacha de miembro del “pacto de corruptos”… ¡Pacto de corruptos, dicen! Con Gloria Porras, Bonerge Mejía, y Mata Vela, haciéndoles el trabajo sucio en una CC que no tiene ya absolutamente ninguna autoridad moral, menos credibilidad jurídica en sus fallos políticos e ilegales y ninguna legitimidad.
Esa corte totalmente arbitraria, y que otorga amparos manifiestamente ilegales y en presunto prevaricato flagrante, suplanta los poderes y las potestades del presidente de la República y del Congreso”.
Vivimos así, guatemaltecos, en la dictadura de tres magistrados traidores a la Constitución y a la ley, que quieren forzar su ideología en sus fallos manifiestamente ilegales, que de la mano de abogados corruptos le hacen los mandados a un establishment corrupto de embajadas oenegés y partidos políticos de izquierda, defensores del aborto y ponentes de la destrucción de la familia tradicional y aliados de patanes que se burlan de la fe y las creencias cristianas de la inmensa mayoría de los guatemaltecos. Para esta colección de usurpadores del poder público, nosotros los que respondemos y respetamos una tradición milenaria occidental judeocristiana, somos ignorantes y retrógrados, y ellos, los del G13 (esa banda de embajadas y ONU), ¡son los representantes de la virtud! (No electos por ningún guatemalteco, por supuesto.)
Esta ideología extremista y totalitaria que exige en los EE. UU. al igual que en Guatemala 13 distintos tipos de “sexualidad” y que quieren abortos gratis para todos, ellos son los “avanzados”, los de “vanguardia”.
Por supuesto, esos tres magistrados jamás han ganado ni ganarían ninguna elección y están usurpando poderes que ni la Constitución ni la Ley de Amparo les concedió jamás; pero ese es el sistema de gobierno actual guatemalteco: el gobierno del amparo corrupto, ilegal, espurio e inconstitucional.