Opinión

Juicios políticos

“Respeto el dolor de la familia Molina Theissen, y al mismo tiempo pregunto: ¿No sufrieron igualmente las familias de los 4,500 soldados y oficiales muertos en combate?”

Al constatar fehacientemente quién es el juez Pablo Xitumul y su parentesco con un combatiente de la guerrilla muerto en combate contra el Ejército, y ver que él presidió el tribunal que sentenció en el juicio Molina Theissen, contra cuatro oficiales de alta graduación del Ejército (tres coroneles y un general), no puedo como jurista nada menos que indignarme por semejante injusticia de “juicio” totalmente parcializado y sin ninguna oportunidad de defensa para los acusados.

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Personalmente he conocido el calvario de la familia del coronel Gordillo, un militar y diplomático guatemalteco honorable, que jamás dio la orden de secuestrar a nadie, mucho menos a un menor de edad, ni de violar a nadie.

“No puedo yo, como lo hacen las oenegés corruptas y los exguerrilleros miembros de una guerrilla asesina, secuestradora y violenta, celebrar absolutamente nada”.

Creerá la guerrilla que controla una buena parte del MP y del OJ que esto que le hace a oficiales de alta graduación que pelearon la guerra de guerrillas es lo justo o algo honorable. ¡Qué equivocados están! Leer las peticiones de la parte querellante al Estado de Guatemala es no solo ridículo, sino algo propio de lo que se pediría en Estados totalitarios como la Unión Soviética, Cuba o Corea del Norte.

Respeto el dolor de la familia Molina Theissen, y al mismo tiempo pregunto: ¿No sufrieron igualmente las familias de los 4,500 soldados y oficiales muertos en combate, o torturados por la guerrilla en la selva? ¿No sufrieron igual las más de cien familias de empresarios asesinados, secuestrados o torturados por la guerrilla? ¿No cobró la guerrilla 45 millones de dólares en secuestros y extorsiones al sector privado? ¿Cuándo van a pagar esos asesinos, terroristas y secuestradores por lo que hicieron? 

¿Cuándo va a ser suficiente con los resarcimientos multimillonarios, que un pueblo con un 18% de pobreza extrema y con más del 40% de la población en pobreza debe seguir pagando? ¿Hasta cuándo pararán los resarcimientos, que ya superan los 2,800 millones de quetzales desde el año 2000?

“Personalmente he conocido el calvario de la familia del coronel Gordillo, un militar y diplomático guatemalteco honorable, que jamás dio la orden de secuestrar a nadie”.

¿Son estos juicios políticos contra oficiales y soldados del Ejército pedir justicia o fabricar una venganza política disfrazada de “juicio”?

No puedo yo, como lo hacen las oenegés corruptas y los exguerrilleros miembros de una guerrilla asesina, secuestradora y violenta, celebrar absolutamente nada.

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