Opinión

Mis respetos para Juan Francisco Sandoval

"El presidente Jimmy Morales tiene en sus manos la llave de la puerta para respirar y salvarse del repudio monumental. Con solo no prestarse a maniobras sucias en la elección del próximo jefe del Ministerio Público le basta".

Es competente y valeroso. Y osado. Con un auténtico interés de que Guatemala cambie para bien. Como debieran de ser la mayoría de jóvenes en un país que dispone de una oportunidad irrepetible. Hablo de Juan Francisco Sandoval, titular de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI). Tiene a lo sumo 35 años. Y a esa corta edad ya ha hecho historia. Y es, a lo mejor sin percatarse, ejemplo para los de su generación y también para aquellos, menores o mayores, que perciben su gallardía temeraria. Por gente de coraje como él, aún nos quedan esperanzas aquí.

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Se nota que ha estudiado mucho. Que le apasiona su profesión. Que se dedica con ahínco a sus casos. El desafío que aceptó al enfrentarse con el hampa, dando la cara y exponiendo su vida, es enorme. No ha sido el primero en hacerlo. Ni el único. Quiero creer que abundan perfiles como el suyo, porque no podremos salir adelante sin personas excepcionales que decidan jugársela por el futuro, muy a pesar del fango que los acecha. Por eso, cuando veo el proceso para elegir al nuevo fiscal general, pienso en gente como el titular de la FECI. Ayer que se conoció la nómina “de los seis”, tomé un respiro al enterarme de los nombres que la integran. Pero no me confío. Las fuerzas oscuras han llegado demasiado lejos como para abandonar la batalla en la etapa decisiva. Algo traman. Y ha de ser siniestro.

El presidente Jimmy Morales tiene en sus manos la llave de la puerta para respirar y salvarse del repudio monumental. Con solo no prestarse a maniobras sucias en la elección del próximo jefe del Ministerio Público le basta".

El presidente Jimmy Morales tiene en sus manos la llave de la puerta para respirar y salvarse del repudio monumental. Con solo no prestarse a maniobras sucias en la elección del próximo jefe del Ministerio Público le basta. Pero no se le ve cómodo por estos días. Sus asesores de imagen deberían recomendarle que se quite la barba. Y aunque sobran quienes ya no dan un centavo por él, yo todavía creo que puede darnos una agradable sorpresa en la que será la decisión más importante de su mandato. De lo contrario, si se decantara por la infamia, atraerá consecuencias nefastas para el país que dice amar. Y condenará su nombre frente a la historia.

Además, pondría en peligro a gente valiosa como el fiscal Sandoval y a tantos otros que han apostado su vida para lograr que en Guatemala la justicia no sea una cloaca desenfrenada. Si Morales permite que a la Fiscalía General llegue un “servidor de pasado en copa nueva”, como dice la canción, el riesgo que corren los integrantes del equipo de Thelma Aldana es inmenso.

Muestra de ello, el desafortunado episodio del pasado viernes, en el que un operativo de capturas encontró abogados defensores en los inmuebles donde se buscaba a presuntos responsables de una estafa en el IGSS. Tal cosa debe alertar las alarmas de la sociedad y despertar la vigilancia ciudadana, la cual parece haber surtido efectos en la Comisión de Postulación.

Y aunque sobran quienes ya no dan un centavo por él, yo todavía creo que puede darnos una agradable sorpresa en la que será la decisión más importante de su mandato".

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Como escribí antes, igual no me fío de las apariencias. Hasta dudo de aquellos mensajes en los que, supuestamente, quienes adversan “a la mala” la lucha contra la impunidad se muestran decepcionados y/o indignados por los seis escogidos. A veces hay que ser cautos en descansar en esa lógica simplista de que “si a aquellos no les gusta, seguro está bien”. No. Aún falta trecho por recorrer.

Insisto: Nuestros jóvenes están llamados a dejar atrás la frivolidad acomodaticia y a intentar que los abusos terminen. Así como lo hace el fiscal Juan Francisco Sandoval. Con la valentía de los grandes hombres. Estudiando mucho. Dedicándose apasionadamente a su oficio. Solo con seres humanos de su categoría podremos avanzar hacia un destino más promisorio. Por ello, hace meses que quería escribir esta columna. Y quería hacerlo para agradecerle públicamente al titular de la FECI lo mucho que le ha dado a Guatemala. Celebro y admiro su temprana sensatez y la manera serena en que se mete en medio de los huracanes más sórdidos para tratar de domarlos.

En contraste, no ha de ser fácil para el presidente Morales la carga que lleva encima con la elección de fiscal general. Imagino las presiones a las que está sometido. En sus noches de insomnio, a lo mejor piensa que sus aliados solo esperan a que haga “el trabajito” y que después van a abandonarlo. Si eso supone, posiblemente no esté lejos de la verdad. Sin embargo, la oportunidad la sigue teniendo.

Y su deber es jugársela por el país que dice amar. Para abrirle el camino a las futuras generaciones. Para no tirar a la basura el proceso más importante de nuestra era democrática. Para levantarse del abismo al que sus propios pasos lo han conducido. El coraje y la grandeza de un joven treintañero como Juan Francisco Sandoval pueden servirle de inspiración.

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