La semana estuvo bastante agitada y entretenida. En medio de una gira presidencial, que más parece campaña electoral, sin mayores logros y resultados, en donde el Ejecutivo está a última hora motivando la participación en la consulta popular para resolver el diferendo con Belice, se desarrollaron dos eventos relacionados con corrupción y justicia.
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Por un lado, Juan Carlos Monzón, por capítulos, presentó elementos reveladores de la serie “corrupción en el gobierno del Partido Patriota”. Sin duda, habrá otras temporadas que nos mostrarán lo que sucedía en los otros feudos del gobierno, ya que él era el encargado del feudo de la exvicepresidenta. Habrá que esperar lo que se revele en los feudos de Sinibaldi o el de López Bonilla, por citar dos ejemplos.
La escuela que construirán podría ser un símbolo o monumento que nos recuerde, a nosotros y a las futuras generaciones, que la corrupción es el cáncer que carcome al sistema político".
Las declaraciones de Monzón vienen a desnudar la patética situación en la que se encuentra el sistema político en el país, infestado por una clase política que le ha dado la espalda a la población y se ha dedicado a conformar estructuras para saquear el erario público. Prueba irrefutable de que necesitamos una reforma integral y profunda a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
Monzón presentó de manera muy fría las millonarias “transacciones”, las dinámicas y las prácticas que utilizaban, al estilo de la mafia italiana, en la estructura del PP. Los códigos, símbolos y reglas que ordenaban el actuar de la organización que logró cooptar buena parte de la institucionalidad pública.
Es indignante ver el descaro con el que actuaban, en un marco de completa impunidad, los integrantes del PP. Es muestra de la decadencia, en términos de valores y principios, del sistema político. Una crisis profunda que se agudiza en medio del desempleo, la desnutrición crónica, la pobreza, la pésima educación pública, los descalabrados servicios en el sistema de salud pública y el calamitoso estado en que se encuentran la carreteras en el país, entre otros problemas que enfrentamos todos los días. Lo peor es la indiferencia e incapacidad del gobierno para ayudar a resolverlos. Y lo dicho por Monzón es una prueba de que únicamente interesan los negocios.
Sin duda, habrá otras temporadas que nos mostrarán lo que sucedía en los otros feudos del gobierno, ya que él era el encargado del feudo de la exvicepresidenta".
No obstante, en medio de ese mar de desolación, la justicia guatemalteca logró una sentencia muy buena y efectiva en el caso “Construcción y corrupción”. El sistema judicial da señales positivas al condenar, mediante un procedimiento abreviado, a nueve empresarios que se declararon culpables de pagar sobornos a Alejando Sinibaldi a cambio del pago de deuda que el Ministerio de Comunicaciones tenía con sus empresas.
Hay que resaltar el trabajo de la defensa de los acusados, que a diferencia de otros abogados que optan por la estrategia de litigio malicioso para retrasar los procesos y buscar impunidad, ellos se adhirieron a un procedimiento que permitió una rápida condena y que se hiciera justicia. Una victoria para Guatemala, el sistema de justicia, la lucha contra la corrupción e impunidad, el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
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La sentencia establece cinco años de presión conmutables por el delito de cohecho activo y multas de Q500 mil y Q100 mil, así como la reparación integral de justicia, la cual asciende a un poco más de Q35 millones. Las medidas de compensación para reparar el daño causado son: construcción de tramos carreteros, bacheos en varias carreteras y la construcción de un escuela, en San Marcos. Además de una disculpa pública que deberán publicar en un medio de comunicación masiva.
Esta es la aplicación de la justicia que contribuye a la lucha contra la corrupción e impunidad. Lograr condenas y una reparación integral. La escuela que construirán podría ser un símbolo o monumento que nos recuerde, a nosotros y a las futuras generaciones, que la corrupción es el cáncer que carcome al sistema político. ¿Qué opina usted?