Navidad, Pascua, festividad, Santa Claus, árbol de Navidad, Viejito Pascuero, regalos, comida, chocolates, pavo, tamales y muchas luces.
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Todos son sinónimos de familia, amigos y tiempo de calidad con nuestros seres queridos. Momentos llenos de risas, y emociones, pero también de discusiones y mucho estrés.
Todos los que crecimos creyendo en Santa, pensábamos que la Navidad se reducía a recibir regalos, y como seguro Santa era millonario, pedíamos lo que se nos pasaba por la mente.
Hasta que un buen día descubrimos que todo era una gran mentira.
No dejemos que ellos también sufran esa decepción. No es necesario inventar a un personaje ficticio para que la Navidad sea mágica.
No es necesario endeudarnos para poder darle lo que pusieron en su carta de regalos. De hecho, los regalos más simples y prácticos son, en realidad, los mejores.
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Y estos regalos terminan siendo, en general, los que uno más usa. Por ende, de los que más valoras y recuerdas. Entonces… ¿Qué es realmente la Navidad?
Veo la Navidad en la risa de los niños, en la ilusión de una familia al sentarse junto con las luces del árbol, en la madre que cocina horas para deleitar a su familia con un plato hecho de puro amor, y en la magia que brinda el dar amor de manera incondicional.
Cuando pienses en Navidad, no pienses en regalos, no pienses en lo que te falta para comprar lo que no tienes, y que probablemente no necesitas.
Nos han hecho creer que esta fecha es comprar y regalar; sin embargo, los regalos que más se valoran son los que no se compran. Independientemente de tus creencias y de cómo lo celebres, en esta Navidad haz que crezca en ti el amor por el prójimo, deja que nazca en tu corazón la solidaridad, la fe y la hermandad.
Enfócate en regalar lo mejor de ti, regala una sonrisa al que anda estresado, regala una frazada a quien tiene frío, comparte un plato de comida con el necesitado, pide perdón a quien ofendiste, y regala un abrazo a quien amor necesite.
El mayor regalo es poder pasarlo con tus seres queridos, y tener la oportunidad de demostrarles cuánto los amas y valoras.
Lo importante no son los regalos, lo importante es el amor que regalas.
Feliz Navidad, que el amor crezca y permanezca latiendo en nuestros corazones.