Opinión

¡Feliz diciembre, mis amigos!

"Lo más común es que de niños tengamos a un amigo o una amiga con quien nos llevemos mejor. Aquella persona en la que confiamos y compartimos el mejor tiempo de nuestra vida".

Y llegó diciembre, muchá. Tanto esperar este mes durante todo el año y se nos pasará volando. Así suele ocurrir. ¿Por qué? Porque nos vemos envueltos en el frenesí que nos autoimponemos en este mes. Pero hoy no les voy a escribir sobre lo comercial y la gastadera innecesaria que muchas veces esto implica. Hoy quiero que reflexionemos juntos sobre las personas que no compartieron el útero materno con nosotros, pero a los que consideramos nuestros hermanos: Los amigos.

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Lo más común es que de niños tengamos a un amigo o una amiga con quien nos llevemos mejor. Aquella persona en la que confiamos y compartimos el mejor tiempo de nuestra vida".

Lo más común es que de niños tengamos a un amigo o una amiga con quien nos llevemos mejor. Aquella persona en la que confiamos y compartimos el mejor tiempo de nuestra vida. Con el que nos divertíamos de cada ocurrencia hasta parar tirados en el suelo llorando de la risa. Aquel patojo o patoja o grupo de patojos con los que pasábamos todo el día hablando, como se dice en buen chapín, puras “muladas” y después de despedirnos ya estábamos esperando que amaneciera para juntarnos otra vez. Hermosos años de niñez, pubertad y adolescencia; para los que ya rebasamos el medio siglo de uso, el recuento de amistades es cada vez menor; sin embargo, a los que consideramos amigos no son necesariamente con los que andamos de arriba para abajo todo el tiempo. De adultos, el tiempo disponible es más limitado. Sin embargo, ahora con las facilidades que nos brinda la tecnología, es momento propicio para utilizar el correo electrónico, WhatsApp, inbox, Twitter, Snapchat, Instagram o cualquier otro chunche de estos para saludar a aquellos que durante toda la vida hemos considerado nuestros amigos.

Haga el tiempo y llame, escriba, contacte o visite a alguna de esas personas a las que usted considera su amigo.

Si usted es patojo y va a la “U”, no me dejará mentir que esas amistades son de las mejores, pues juntos van descubriendo la responsabilidad de hacerse adultos. ¿Dónde encontrar amigos? Ufffff, prácticamente se les puede encontrar en cualquier sitio. En la cuadra, la colonia, la escuela, el colegio, la universidad, el trabajo, entre los clientes, los colegas, los proveedores, los jefes, los empleados e incluso en la camioneta, el hospital, el taxi, la tienda, la calle o el lugar que usted menos se lo imagine. Ahora bien, no a todos con los que comparte tiempo y espacio se les puede llamar amigos. Se cuentan con los dedos de la mano y puede que le sobren dedos. Algunos podrán ser compañeros o simplemente conocidos. Dicen por allí que quien encuentra a un amigo encuentra un tesoro. Por experiencia, lo sé. Mi mensaje de hoy es de motivación para que haga el tiempo y llame, escriba, contacte o visite a alguna de esas personas a las que usted considera su amigo. El mismo Jesús lo dijo: “No hay amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos”.

Así que hay le encargo, pues. Haga un espacio en su agenda y reúnase con la o las personas con las que de seguro se va a carcajear un buen rato. ¡Feliz diciembre, mis amigos!

 

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