El Congreso está como malabarista tratando de sobrellevar, con astucia y destreza, varios procesos a la vez antes de que finalice el periodo ordinario y se vayan al descanso de fin de año. La intensa agenda legislativa está marcada por la elección de la nueva Junta Directiva, la discusión y eventual aprobación del presupuesto general de ingresos y egresos del Estado, y un dictamen de reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Estas son algunas de las “pelotas” que los diputados están, tal cual malabaristas, arrojando al aire.
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Varios son los candidatos que han presentado públicamente el interés para buscar la presidencia del Congreso, algunos de ellos tiene más posibilidades que otros. Es común ver que los candidatos se multipliquen cuando se acerca la elección. Muchos de ellos cumplen la función de distraer y dispersar la atención de la opinión pública para que los candidatos con más posibilidad busquen, atrás de cámara y entre los telones, los apoyos necesarios para conformar una planilla de candidatos con respaldo político.
No obstante, por el bien de la transparencia y la rendición de cuentas, ojalá los diputados aprueben el presupuesto. El peor escenario es que el próximo año entre en vigencia el actual".
No es fácil alcanzar acuerdos y que estos se traduzcan en votos para lograr la elección de la nueva Junta Directiva. Y más en un contexto político como el que estamos viviendo, en donde hay un fuerte interés de parte de varios diputados por tomar control de la Junta Directiva.
Por otro lado, los diputados tienen menos de quince días para discutir y aprobar el presupuesto del próximo año. La Comisión de Finanzas Públicas alcanzó acuerdos internos y presentó un dictamen que el pleno deberá conocer y votar. El bloque oficial tendrá que buscar aliados en los bloques medianos y pequeños, ante la abierta oposición que tiene con la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que en reiteradas ocasiones han manifestado desacuerdos con el proyecto de presupuesto y resaltado la poca capacidad de ejecución del gobierno.
No obstante, por el bien de la transparencia y la rendición de cuentas, ojalá los diputados aprueben el presupuesto. El peor escenario es que el próximo año entre en vigencia el actual. Esto genera condiciones muy favorables para transferencias, manejos discrecionales y poco transparentes. Ojalá la discusión se dé en torno a prioridades de país y no bajo el marco de las viejas negociaciones oscuras que comprometen y desvían los recursos para satisfacer intereses personales o partidarios.
En medio de esta agenda legislativa, salió a la luz pública una interesante iniciativa promovida por un grupo de diputados que están conscientes de la crisis de legitimidad y representatividad que enfrenta el Congreso, y lanzaron una invitación al resto de diputados para que se sumen al "frente parlamentario por la transparencia y la democracia".
En otro orden de ideas, en la Comisión de Asuntos Electorales (CAE) se está discutiendo y aprobando un nuevo dictamen de reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP). Los vientos de la CAE dieron un cambio insospechado al incorporar elementos fuertemente demandados desde la sociedad civil, al aprobar la creación de subdistritos electorales y el voto preferente. Están ausentes reformas que modifiquen los requisitos para organizar partidos políticos y de esa manera se puedan construir organizaciones más democráticas y representativas. Espero que la dinámica de la comisión entregue el dictamen y el próximo año la reforma sea aprobada en el hemiciclo.
En medio de esta agenda legislativa, salió a la luz pública una interesante iniciativa promovida por un grupo de diputados que están conscientes de la crisis de legitimidad y representatividad que enfrenta el Congreso, y lanzaron una invitación al resto de diputados para que se sumen al “frente parlamentario por la transparencia y la democracia”. Esta positiva acción busca dar un respiro y consolidar un espacio para alcanzar acuerdos que permitan avanzar una agenda de país, en donde se prioricen los intereses de nación. Ojalá se sumen más legisladores y que el esfuerzo rinda los frutos esperados. El Congreso y el país lo necesitan.
Habrá que ver la habilidad y destreza de los diputados para lograr mantener en el aire las “pelotas” y evitar que se caigan al suelo. ¿Qué opina usted?