La agenda norteamericana en la cita a la Cumbre de presidentes del triángulo norte de Centroamérica, que organizó el Departamento de Home Land Security y el Departamento de Estado de los Estados Unidos y las autoridades mexicanas, fue muy clara en sus mensajes, alcances y discursos.
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He tenido la oportunidad de revisar en su totalidad los discursos introductorios a la cumbre del vicepresidente Mike Pence, del secretario de Estado Rex Tillersen y del secretario John Kelly del DHS, y ninguno, absolutamente ninguno, ni mencionó, ni recomendó, ni siquiera recordó a Thelma Aldana del Ministerio Público de Guatemala ni a Velásquez de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), es más, el panel donde supuestamente iban a estar, según informaciones de prensa, se canceló por completo.
La agenda, queda clarísimo es de parar la confrontación del sector privado, es de fortalecer instituciones, mejorar la recaudación fiscal, invertir en tecnología para controlar mejor la frontera Guatemala-México, mejorar la infraestructura de puertos, aeropuertos y carreteras, e inclusive Tillersen expresamente dijo "los gobiernos de Centroamérica harían muy bien en oír las recomendaciones del sector privado en cuanto a mejorar el clima para las inversiones en sus países".
Más claro no se puede. Si los norteamericanos hubieran querido a Velásquez y a Aldana allí, los hubieran requerido expresamente y eso sencillamente no sucedió.
Debe toda la izquierda oenegera que se vio fortalecida los 8 años de la administración demócrata de Obama, entender que el clima y el viento en Washington ya cambió, el énfasis en perseguir al ejército, querer destruir al sector privado, mantener una conflictividad permanente con todo el país y querer volvernos Venezuela, esa agenda fracasó y el mismo presidente Trump dio el mensaje igual de claro contra las empresas que el partido comunista cubano y el ejército controlan en Cuba: ninguna empresa o ciudadano estadounidense podrá hacer negocios con esas entidades, ¡Punto!
Reflexión
El que no quiera entender los mensajes, a parte de la reducción hasta en 29% del presupuesto del Departamento de Estado, principalmente en el dinero que USAID dirige a oeneges, como política expresa del nuevo Secretario Tillersen, es que o no está enterado de las noticias que vienen del Norte o que sencillamente quiere desinformar al público negando que la agenda norteamericana ha cambiado sustancialmente.
El tono, el énfasis, los métodos y los canales para ejercer esa influencia cambiaron y ello debe informarnos de cuál será la geopolítica para nuestra región estos ocho años.