“Mi reconocimiento público a los ideólogos y escritores de izquierda que públicamente ya han alzado la voz defendiendo el derecho de libertad de expresión de Linares Beltranena, eso demuestra que tanto la derecha como la izquierda, como todo lo que hay en medio, queremos vivir bajo una República democrática”.
La soberbia que uno o varios burócratas o funcionarios públicos pueden llegar a tener si estos consideran tener poder ilimitado y una prensa servil e ideológica a su favor, que en lugar de hacer su trabajo (que se vuelve alfombra de ese burócrata) no los fiscaliza, no los cuestiona, no los critica, sino prácticamente los convierte en ídolos de barro, que tienen alguna especie de infalibilidad absoluta cual papa; he allí el fin de la República, el Estado de Derecho y el gobierno limitado que es la base del constitucionalismo republicano y democrático en el cual se basa nuestro sistema político de gobierno.
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Viene la crítica al caso del juicio totalmente espurio e ilegal, que se intenta enderezar contra el diputado Linares Beltranena, por emitir una opinión en el Congreso, dentro de un debate parlamentario dentro del hemiciclo, sobre una ley. La fiscalía ha iniciado un proceso de antejuicio, porque en forma totalmente política un grupo de personas que más parecieran los agentes políticos del poder despótico y la dictadura que nos agrede cada vez más recio, cada vez faltando más al Estado de Derecho y a las garantías constitucionales, considera que, si un ciudadano o un representante legítimamente electo, tiene la osadía de plantarle cara y enfrentar a esa tiranía, de llamar a las cosas por su nombre, o sencillamente expresar su opinión contraria al status quo, inmediatamente, esa prensa servil lo llamara corrupto, loco, lo insultará y denigrará públicamente en redes sociales y desde comentarios soeces y vulgares, prácticamente lo empalará en la plaza, sencillamente por contradecir lo que la agenda de izquierda, amparada por embajadas, de la forma más insolente e ilegal, y que considera que tiene derecho a ejercer ese poder sucio que cada vez más se parece y actúa como dictadura.
Poco vale que, según el artículo 161 constitucional, los diputados en el ejercicio del cargo gocen de irresponsabilidad en sus declaraciones, poco vale para esa soberbia, la Constitución, el debido proceso y el imperio de la ley.
El objetivo clarísimo del juicio espurio contra el diputado es callarlo, seguramente retirarlo de la curul y con ello quitar de en medio a una de las voces más claras y contundentes contra el desastre de reforma constitucional, que acarrea racismo y discriminación racista legal, entre ciudadanos considerados iguales ante la ley por mandato constitucional. Con ello supone este poder soberbio y sin asidero legal que se callara la oposición a su reforma desastrosa, lograra superar los inmensos obstáculos que ellos mismos se han construido por su actuar abusivo, ilegal e inconstitucional. No será así, lo que lograrán es encumbrar la figura de Linares Beltranena y volverlo un mártir de la injusticia de esa insolencia extranjera en Guatemala.
Mi reconocimiento público a los ideólogos y escritores de izquierda que públicamente ya han alzado la voz defendiendo el derecho de libertad de expresión de Linares Beltranena, eso demuestra que tanto la derecha como la izquierda, como todo lo que hay en medio, queremos vivir bajo una república democrática, donde la libre expresión del pensamiento se respete, pues sencillamente sin libertad de expresión, NO HAY LIBERTAD. Liberen a Linares Beltranena! ¡Respeten la Constitución!!!