El dolor, las lágrimas, el desconsuelo y la desesperanza estuvieron presentes en las familias de las niñas que murieron calcinadas en el Hogar Virgen de la Asunción; y en muchos guatemaltecos que en medio de la impotencia e indignación repudiamos el hecho y exigimos que se deduzcan las responsabilidades, no importando quién sea. Exigimos justicia. Que el Ministerio Público actúe de oficio y busque evidencias para acusar a los responsables. Que esto no quede impune.
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La sociedad no puede dar la espalda a la realidad que viven las niñas en estos hogares. Los problemas se vienen acarreando desde hace muchos años y las autoridades no han hecho nada para solucionarlos. Al contrario, la incompetencia e ineptitud ahora tienen consecuencias irreversibles: la muerte de niñas que eran víctimas de violencia, maltrato y, en algunas ocasiones, hasta violaciones, por parte de compañeros, maestros o personal del “Hogar Seguro”.
“A las niñas les falló una sociedad entera, un Estado inoperante y unas autoridades ineficientes. Prueba de ello, fue la reacción del Ejecutivo”.
Hace años que las denuncias de este tipo de delitos fueron presentadas y las autoridades se hicieron de la vista gorda. Los problemas del hogar no son nuevos. En una citación que la diputada Nineth Montenegro, de Encuentro por Guatemala (EG) ,realizó en noviembre del año pasado se identificaron algunos de ellos.
Por ejemplo, la diputada identificó que en la Secretaría de Bienestar Social, entidad que administra el hogar, trabajan alrededor de 161 asesores con salarios jugosos y onerosos. ¿De qué sirvieron las contrataciones? Nombramientos que no privilegian la idoneidad ni la capacidad. Los puestos son un botín político. Una vez más, la corrupción y el nepotismo nos pasan una factura carísima.
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También en esa citación se mencionó que el Hogar Virgen de la Asunción estaba bajo investigación por trata de personas. Ya olvidamos, por ejemplo, que en octubre del año pasado del hogar desaparecieron cuatro niñas, ¿en dónde están? ¿Qué pasó con ellas? Nadie sabe. La sociedad indiferente e indolente se despreocupa de este tipo de situaciones.
Por otro lado, estos hogares padecen de los mismos problemas que enfrenta el sistema penitenciario. El hacinamiento es la regla y el personal contratado no tiene la capacidad para brindar el servicio que se necesita. Otro de los problemas fue que, por razones no muy claras, en el centro convivían niños que han cometido delitos, algunos de ellos reclutados por pandillas para cometer delitos como robo, extorsión o asesinatos, con niñas que han sufrido violencia, maltrato o abandono familiar.
El drama humano como ustedes han podido leer se escribe solo. A las niñas les falló una sociedad entera, un Estado inoperante y unas autoridades ineficientes. Prueba de ello, fue la reacción del Ejecutivo, que decretó duelo nacional y emitió un ambiguo comunicado. Acciones reactivas e inefectivas que se quedan cortas con la deuda que la institucionalidad tiene con la niñez del país. Y el presidente Morales ausente en un momento en donde debe enfrentar la situación y mostrar al menos preocupación, liderazgo, compromiso y responsabilidad.
Cierro esta columna con un tuit que me robé de la cuenta de Twitter de una amiga: “Guatemala es el país donde se ofenden más por un tuit de Faitelson, que desacredita a la selección, que por el asesinato cobarde de tres decenas de niñas en un hogar”. Recordemos que el presidente Jimmy Morales y la FEDEFUT pidieron una disculpa pública al comentarista deportivo por la manera en que se refirió a la selección nacional. Saque sus conclusiones.
Recordemos que el presidente Jimmy Morales y la FEDEFUT pidieron una disculpa pública al comentarista deportivo por la manera en que se refirió a la selección nacional. Saque sus conclusiones.