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El hombre llega a la cumbre de la gratificación, aunque sea de un modo apresurado o precipitado. Generalmente, el hombre quiere que ese tiempo dure más, pero no cabe duda que, de todas formas, obtiene su placer.
Un hombre que se considere un buen amante, debe tener la capacidad de extender los momentos de juegos sexuales previos, mientras se encuentra en un estado de total excitación. De tal forma que la mujer, cuya respuesta sexual normalmente es mucho más lenta y que generalmente requiere de mayor tiempo para la excitación, también consiga un alto grado de placer y a su vez llegue al orgasmo. Eso lo debe hacer en distintas posiciones.
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Si el hombre logra dominar su respuesta eyaculatoria, puede prolongar los juegos sexuales previos, así como explorar y ampliar el campo de su expresión sexual. La excitación en el hombre aumenta progresivamente hasta la fase llamada “meseta”, disfrutando de su placer sexual, hasta el momento que de forma voluntaria llega al clímax.
El eyaculador precoz no puede permanecer en la fase de “meseta”, sino que existe una excitación rápida y una eyaculación involuntaria y temprana.
Un hombre que se considere un buen amante debe tener la capacidad de extender los momentos de juegos sexuales previos, mientras se encuentra en un estado de total excitación”.