Opinión

Continuar el camino del combate a la corrupción

 

“No tenemos que esperar a 2019 para preocuparnos por el fortalecimiento del TSE. Si esto último sucede, llegaremos muy tarde. Al contrario, lo que debemos hacer es prepararnos desde ahora. No hay que perder tiempo, ya que cada minuto perdido, es una victoria para la corrupción”.

En este año se lograron avances importantes en materia de la lucha contra la corrupción. Esto, de alguna manera, es resultado de la crisis política que vivió el sistema a lo largo de 2015 en donde miles de guatemaltecos expresaron su indignación y el repudio hacia la corrupción en muchas plazas alrededor del país.

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Uno de estos avances es la aprobación de la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos –LEPP–. Es un logro para la democracia. Es una ventana de oportunidad para transformar algunos de los aspectos más débiles del sistema electoral y de partidos políticos. También es una oportunidad para cerrar espacios a la corrupción. Esto último por medio de un efectivo y eficaz control del financiamiento a los partidos políticos.

La corrupción está íntimamente relacionada con el financiamiento opaco, concentrado y nada transparente que reciben los partidos políticos. Los intereses de los financistas son los que terminan ocupando las prioridades en las decisiones públicas y dejan por un lado los intereses de país.

Por ello, luego de la aprobación de la reforma a la LEPP, el Tribunal Supremo Electoral –TSE– tiene el desafío de implementar de manera efectiva y eficaz la reforma. Creo que como sociedad debemos incorporar en nuestro “ADN –político y social–” los procesos de implementación.

Usualmente nos conformamos con la aprobación de las leyes y descuidamos la manera en que las instituciones, a través de la implementación, le dan vida al texto normativo. Es decir, cómo la letra de las leyes se concreta y materializa. No es suficiente exigir que se aprueben leyes, es necesario que estas se vuelvan realidad.

Si estamos comprometidos con la lucha contra la corrupción, sin lugar a dudas nos interesa que el TSE implemente de buena manera las reformas electorales. Especialmente las relacionadas con las sanciones y la fiscalización de los recursos que los partidos políticos reciben durante la campaña electoral, prioritariamente. Ya que es ahí en donde los políticos adquieren compromisos, a cambio de las millonarias sumas de dinero que reciben para financiar la campaña.

Si lo queremos ver de esta manera, el próximo proceso electoral está a la vuelta de la esquina y eso presiona al TSE para que continúe con los esfuerzos de implementación. No tenemos que esperar a 2019 para preocuparnos por el fortalecimiento del TSE. Si esto último sucede, llegaremos muy tarde. Al contrario, lo que debemos hacer es prepararnos desde ahora. No hay que perder tiempo, ya que cada minuto perdido, es una victoria para la corrupción.

El reto es romper ese perverso vínculo entre financiamiento partidario y corrupción. Si bien, al tener un control más riguroso del financiamiento partidario, no se cierran todos los espacios de las corrupción, indudablemente, si uno de los más grandes.

Si queremos campañas políticas más transparentes y fiscalizables, y partidos sin “millonarios” compromisos el proceso de implementación de las reformas es prioritario. No perdamos el norte. Tenemos la oportunidad de ganarle una batalla a la corrupción. ¿Lo vamos a lograr? Yo estoy esperanzado en que sí. ¿Qué opina usted?

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