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“Deseo que este año que se va, nos deje muchos aprendizajes y que el año que venga nos dé la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de lograr lo que nos propongamos”.
Un año nuevo termina y con él todas las tradiciones que las fiestas conllevan. Ver las mismas películas año tras año, era una de las tradiciones que más disfrutaba. Verlas significada que la época más alegre del año comenzaba.
Para seguir con la tradición, veo con mis hijos las mismas películas que veía de chica, incluyendo la basada en el cuento de Charles Dickens, llamada “Un Cuento de Navidad”.
La película trata de un anciano avaro y amargado que odia la navidad y con ella a todo el espíritu de amor y solidaridad que nos recuerda. En una noche buena lo visitan tres espíritus, y cada uno de ellos, le muestran su pasado, su presente y su futuro.
El espíritu de las navidades pasadas, le mostraba todo el daño que había echo a quienes más lo querían. El espíritu de las navidades presentes, le mostraba el efecto, y el daño que había tenido su comportamiento, y el de las navidades futuras, le mostraba cómo los efectos que sus malas acciones habían producido que lo recordaran como un déspota, incluso después de morir. Al terminar de ver la película, les pregunté a mis hijos: ¿qué mensaje les deja esta historia? A lo que ellos respondieron…
“Que hay que ser buenas personas y ayudar a los que nos rodean”, “me enseñó que uno debe aprender de sus errores pasados y cambiarlos” Su respuesta me dejó pensando. La vida está llena de mensajes, los cuales podemos ignorar o escuchar y aprender de ellos. Ver esta película una vez más, me hizo pensar en que cada fin de año es un momento ideal para reflexionar.
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Estamos tan acostumbrados a que los días, semanas y meses terminen y vuelvan a comenzar como si nada, que nos olvidamos de hacer un alto, y pensar lo que el año nos dejó y lo que nos enseñó.
Este año despidámoslo de una manera distinta, dándonos la oportunidad de reflexionar sobre los errores cometidos y las lecciones aprendidas.
Hay algunos ejercicios de reflexión que me gustaría compartir con ustedes. Quizás nos ayuden a ver este fin de año como una oportunidad de aprender y decidir el año que realmente queremos vivir.
1.- Recuento de lo vivido.
Uno de los ejercicios más profundos que podemos hacer, y que nos tomará solo algunos minutos, es el de responder unas simples preguntas. Las cuales nos llevarán a hacer un análisis de lo que hicimos y de lo que dejamos de hacer.
1.- ¿Qué metas propuestas alcancé?, ¿qué me hizo falta para alcanzarlas?
2.- ¿Qué fortalezas desarrollé?
3.- ¿Qué errores no quiero volver a cometer?
4.- ¿Qué hábitos o comportamientos mejoré?
5.- ¿Qué aprendí en este año?
Estas simples pero profundas preguntas, nos darán una evaluación objetiva de cómo nos sentimos hacia la manera en que vivimos los últimos 365 días de nuestra vida.
1.- Papel quemado, papel pasado
En una hoja de papel, escribe: Una actitud, que quisieras cambiar. Un temor que quisieras dejar de sentir. Una creencia que quisieras dejar de tener. Un mal hábito que quisieras cambiar.
Ahora léelo en voz alta, comprométete con dejar que el año que se va, se lo lleve para siempre y quémalo. ¡Si! Quémalo y disfruta ver cómo cada una de ellas forman parte de tu pasado.
El quemar el papel, es una representación de lo que significa dar vuelta a la página y aprender de lo vivido.
El reflexionar sobre el año que nos deja, nos ayudará a recibir el 2017 enfocados en todo lo que queremos mejorar y nos dará la motivación para vivir la vida que deseamos, sintiéndonos dueños de nuestro destino.
Deseo que este año que se va, nos deje muchos aprendizajes y que el año que venga nos dé la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de lograr lo que nos propongamos.
Reflexionar para aprender, nos lleva a ¡actuar para cambiar!
¡Les deseo una bendecida y feliz navidad!