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“La sátira es parte de la actividad periodística, y burlarse del poder público tiene antiguas y profundas raíces en el sentir popular guatemalteco, que van desde la centenaria huelga de dolores hasta las tiras cómicas y caricaturas y sátiras políticas”
En días recientes ha circulado la noticia en fuentes electrónicas de medios en redes sociales que una fiscal del MP, arbitrariamente, junto con la policía de Sacatepéquez han, a mi parecer, en forma totalmente ilegal y arbitraria, decomisado una figura para la quema del diablo de una de las aldeas de la Antigua.
La razón, totalmente espuria y sin fundamento legal, podrá parecer baladí, igual que el caso, pero de no castigarse a las autoridades que muy probablemente han cometido un serio abuso de autoridad, y si las ORP de cada institución involucrada no investigan el caso y castigan con todo el peso de la ley a las autoridades abusivas, el precedente para la libre emisión del pensamiento y los derechos constitucionales están en grave riesgo de ser abusados en todo el país.
No puede ninguna fiscal del MP, por ninguna razón política o ideológica, ir a confiscar una obra del arte popular, como lo es una estatua de papel mashé o cualquier otro material, porque, según su peregrina idea de lo que debe o no ser apropiado para un día de la quema del diablo, se puede o no exhibir públicamente.
El MP no es la Gestapo o la oficina de la moralidad pública, o el censor todopoderoso de lo que se puede o no decir en el país, especialmente si la efigie, que según entiendo era una figura femenina del diablo con el torso desnudo, para quemar el día de la quema del diablo en aquella aldea de aquel departamento del país.
Tiene muchísimos y gravísimos problemas legales el MP y la policía si creen que pueden decomisar y luego dañar una estatua de papel hecha por algún artista que manifiesta el sentir popular o tan siquiera su particular opinión contra una o alguna autoridad municipal, si así su libre emisión del pensamiento se lo indica y su protesta contra la autoridad pública así lo entiende.
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Todo parece indicar que la figura debido a su cabellera rubia podría o no representar a alguna autoridad municipal y la efigie representa a una diabla con su torso desnudo y sus cabellos rubios en lo que sí puede interpretarse como una protesta contra alguna autoridad municipal antigüeña.
La sátira es parte de la actividad periodística, y burlarse del poder público tiene antiguas y profundas raíces en el sentir popular guatemalteco, que van desde la centenaria huelga de dolores hasta las tiras cómicas y caricaturas y sátiras políticas que los dibujantes de varios medios escritos del país por décadas han publicado y publican hasta el día de hoy.
La fiscal que decomisó la estatua femenina para hacer la quema del diablo y luego la devolvió dañada y luego con la increíble instrucción, totalmente arbitraria y autoritaria, de que se debían cubrir los pechos de la estatua de papel si se quería mostrarla de nuevo, para con ello censurar a la población y dictarles arbitrariamente cómo hacer lo que ya por décadas un acto de denuncia pública y sátira contra las autoridades municipales, departamentales o nacionales en la Antigua es un grave error y hasta podría representar gravísimos abusos de autoridad, prevaricato y extralimitación de funciones y de deberes de los miembros de esta nueva y novedosa policía política feminista, que con lujo de abuso y prepotencia fueron a retirar de la vía pública dicha expresión del arte popular guatemalteco.
Se debe castigar a todos los que participaron en semejante abuso de autoridad en Sacatepéquez.