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La semana pasada hice una pequeña evaluación de los primeros seis meses del Ejecutivo. El saldo no fue positivo. Se identifican más desafíos que logros. Hoy quiero hacer un balance sobre el trabajo del Congreso de la República. No solo desde la perspectiva del número de leyes que se aprobaron. Regularmente se evalúa la labor legislativa de esta manera y esto no permite considerar otros aspectos del trabajo de los diputados, especialmente en las comisiones de trabajo y menos aún en las funciones de representación en los departamentos.
El Congreso inició su gestión con mal pie. El transfuguismo desconfiguró por completo la voluntad de los votantes. La estrepitosa caída de los partidos Líder y PP, producto de la crisis política, motivó a que la integración de los bloques legislativos cambiara drásticamente. Incluso, antes de que tomaran posesión muchos diputados ya no estaban en el bloque del partido por el cual fueron electos. El partido más beneficiado fue el FCN-Nación que, incumpliendo la promesa electoral, aceptó a diputados tránsfugas.
No obstante, muchos fuimos los sorprendidos por la intensidad con que este Congreso inició su gestión. Las dos anteriores legislaturas nos acostumbraron a la parálisis legislativa, que se dio principalmente –porque no fue la única causa– por el abuso de la interpelación, qué fue instrumentalizada con fines partidarios para bloquear el avance de la agenda legislativa. ¿Se recuerdan las interminables interpelaciones sin objetivos promovidas por el PP, para el gobierno de la UNE, y de Líder, para el gobierno del PP? A inicios de esta legislatura se lograron con rapidez acuerdos para distribuir las presidencias de las comisiones de trabajo, y en las posteriores sesiones, acuerdos para definir la manera en que iban a estar integradas. Estos “procesos” en los últimos años tardaban meses y desde luego también contribuía a la parálisis de la agenda legislativa. Se comprendía muy bien la intención de varios bloques legislativos para no alcanzar estos acuerdos.
Las comisiones del Congreso han estado bastante activas revisando y elaborando iniciativas de ley. Esto sin lugar a dudas fortalece el trabajo legislativo. De igual manera, varias comisiones destacaron porque fiscalizaron la labor de los funcionarios del Ejecutivo a través de citaciones. Triste fue la injustificable citación en la que varios diputados del partido FCN–Nación chantajearon y coaccionaron a la gobernadora de Alta Verapaz. Incluso se menciona que utilizaron expresiones discriminadoras.
La intensidad y el empuje de la actual legislatura permitieran la aprobación de muchas de las leyes que estaban detenidas. Las reformas a Ley Electoral y de Partidos Políticos –LEPP–; reformas a la Ley Orgánica del Organismo Legislativo –LOOL–; reformas a la Ley del Ministerio Público –MP–; y recientemente la Ley para el fortalecimiento de la transparencia fiscal y la gobernanza de la Superintendencia de Administración Tributaria –SAT–, por citar algunas.
Por otro lado, también durante este periodo se hicieron públicos los escandalosos sueldos que tienen varios trabajadores del Congreso y se iniciaron acciones legales en contra de exdiputados y diputados, que integran estructuras que sobornaban a los trabajadores y que tenían plazas fantasmas. En este último caso, están vinculados los diputados de la Junta Directiva del Congreso del año pasado. Aunque era “un secreto a voces”, la noticia escandalizó y generó mucha polémica. También motivó a que el presidente del Congreso y la actual junta directiva tomaran algunas acciones para cambiar esta situación.
En síntesis, el Congreso de la República sale con un balance positivo. Se han aprobado leyes importantes para el país, las comisiones de trabajo están muy activas, se están promoviendo cambios internos en materia administrativa y de recurso humano –principalmente con las contrataciones– y otras acciones que muestran a un Congreso más dinámico. Evidentemente el legislativo tiene que trabajar más duro para ganar la confianza de los ciudadanos y promover los cambios que necesita el país. Estas acciones son insuficientes. ¿Qué opina usted?