“Hoy Guatemala está en desventaja con más de 72 países con lo que competimos en los mercados agrícolas y de alimentos”.
PUBLICIDAD
La falta de información pública, liderazgo y voluntad política de las autoridades ha permitido muchas veces, deliberadamente o no, que se generen espacios ideales para la manipulación de la opinión pública por parte de grupos que con intereses cuestionables se benefician del subdesarrollo. Y que repiten y promueven consignas sin el más mínimo criterio técnico de respaldo. En el año 2014 se aprobó la Ley para la Protección de Obtenciones Vegetales UPOV, que es un instrumento técnico legal relacionado a derechos de propiedad intelectual, y que forma parte de los compromisos que como país asumimos al suscribir acuerdos comerciales internacionales como el CAFTA y el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
Lamentablemente y como fue la costumbre de los parlamentarios ese año, el decreto legislativo incluía además, la aprobación de una carretera y una millonada de quetzales para su “ejecución”. No me cabe la menor duda de que seguramente esa acción era uno más de los actos de corrupción cometidos por el anterior gobierno. Sin embargo, y aunque se tratara de un artículo específico, grupos que se arrogan la representatividad de la sociedad salieron a gritar y manipular a la población, generando una ola de desinformación, otorgándole contenidos y conceptos a la Ley que no son parte de la Convención de UPOV, por lo que al final, los Congresistas encontraron la oportunidad de salir del bochorno y en lugar de solo derogar la ilegal carretera, derogaron la ley por completo, sin tan siquiera revisar que al hacerlo, debilitaban la poca certeza jurídica que en materia de investigación fitogenética había en el país, pues con la aprobación previa se habían derogado los artículos que en la ley de propiedad intelectual otorgaban protección a través del mecanismo de patentes vegetales.
Hoy Guatemala está en desventaja con más de 72 países con lo que competimos en los mercados agrícolas y de alimentos, y que son miembros de UPOV como Costa Rica, Brasil, Chile, México, Nicaragua, Panamá, Ecuador, Colombia, Bolivia, entre otros; y en donde como en el caso de Costa Rica se han registrado variedades de café, melón, arroz, crisantemos, flores, frambuesas, banano, tomate y sandía, entre otras. En Guatemala, desde 2014 no se pueden registrar nuevas patentes vegetales, lo que desincentiva la investigación y la innovación. Se dijo en muchos foros públicos que UPOV era un asunto de transgénicos y que no garantizaba protección a recursos genéticos propios, lo cual es falso. Sin embargo, hay que reconocer que la discusión y la aprobación de una normativa para permitir el uso de organismos genéticamente modificados es urgente, no solo para efectos de investigación y comercialización, sino también para la necesaria trazabilidad y control de productos transgénicos que hoy ya ingresan como contrabando a través de nuestras fronteras.
En el año 2050 vamos a ser 9 mil millones de personas en el mundo. Depende de lo que hagamos hoy, que esto resulte en una oportunidad para producir y vender alimentos o en la peor crisis de seguridad alimentaria empujada por la oferta y la demanda El Ministro de Agricultura, la Comisión de Agricultura del Congreso de la República deben asumir liderazgo y están obligados a informar a la población de manera responsable y promover la legislación necesaria para que de manera segura todos los guatemaltecos podamos hacer uso de la tecnología disponible en el mundo para incrementar la productividad agrícola, mejorar los ingresos y el cuidado del ambiente.