Opinión

El camino de la reforma electoral

Esta semana en el Congreso de la República se inició la discusión y aprobación de la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP). Una reforma necesaria y urgente.

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En el pleno del Congreso existen dificultades para su aprobación. Uno de los elementos que ha generado discusión y posturas encontradas entre los bloques legislativos, e incluso a lo interno de cada uno de ellos, es el apoyo al sistema de alternabilidad y paridad para integrar los órganos de dirección del partido y las listas de candidatos. Hay consenso en promover acciones para contrarrestar la subrepresentación de estos grupos históricamente excluidos. En lo que no hay consenso es en el cómo revertir esa situación. Hasta el momento esa discusión parece ser la excusa perfecta que han utilizado muchos para entrampar la reforma.

Por otro lado, hay otros que argumentan que no es necesario aprobar la reforma este año. Que hace falta mucho para las próximas elecciones y que podemos esperar. No caigamos en esta trampa. Es necesario aprobarla e iniciar de inmediato la implementación. Es decir, entre más pronto la aprobemos, más tiempo tendremos para tomar las medidas necesarias que permitan una efectiva implementación de las reformas. Si la aprobación se demora, eso resta tiempo y compromete seriamente la efectividad de la misma.

En promedio, la LEPP se ha reformado una vez cada 15 años desde 1985. Esto ha generado un sistema muy rígido en donde hacer reformas electorales es casi imposible. La normativa política y electoral necesita ajustes periódicos que permitan adecuarlas a los cambios de la sociedad.

Esta reforma incluye la obligatoriedad de revisar la LEPP después de cada proceso electoral para hacer las modificaciones necesarias y perfeccionarla continuamente. Esta reforma es importante porque permite cambios constantes, sin tener que esperar a que pasen más elecciones con los problemas actuales. Incluso, aquellos aspectos que no están contemplados en la actual reforma se deberán abordar en la primera comisión de reforma electoral, que debería instalarse inmediatamente, dado que el año pasado tuvimos elecciones. La excusa de no aprobar la ley porque “le hacen” falta cosas se desvirtúa. Ya que en esa comisión se deberán discutir los temas que están excluidos de este proceso.

La discusión se retomará en el pleno el martes próximo. El camino parece difícil y estar cuesta arriba. La discusión ha sido intensa. Los bloques legislativos deberán buscar acuerdos para aprobar las reformas. La correlación de fuerzas en los bloques está cambiando y espero que estos cambios no generen dificultades para su aprobación.

Lo peor que puede pasar es que no se apruebe la reforma o que se apruebe una reforma a medias. Esos escenarios contribuirían a alimentar la insatisfacción de la ciudadanía hacia los partidos políticos y el sistema político en su conjunto. Sería desaprovechar una valiosa oportunidad para promover cambios. Agudizaría la crisis del sistema. ¿Qué opina usted? ¿Habrá reforma electoral?

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