Redes sociales: herramientas de empoderamiento y movilización ciudadana

“Los datos demuestran que las plataformas sociales no solo están siendo relevantes en el consumo digital, sino que también están impactando en todos los órdenes sociales”.

Una frágil democracia, una clase política muy corrupta, más de 16 millones de habitantes en menos de 110 mil km2 de territorio en constante ebullición, una histórica crisis política que empezó a gestarse a inicios de 2015 y diversas herramientas digitales para mantener a los ciudadanos en alerta y en movilización. 

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Ese fue el escenario en el que el 27 de agosto reciente se inició una jornada de Paro Nacional en Guatemala para exigir (y tiempo después lograr), la renuncia del ya expresidente Otto Pérez Molina. ¿En qué se diferenció esta crisis de otras crisis que han existido? En que, hasta en ese momento, los ciudadanos no habían tenido históricamente ni herramientas ni medios dónde volcar su descontento y cambiar el status quo de sus países.

Esto ha cambiado: el consumidor tiene, ahora mismo, el poder y parece que los políticos se han olvidado de que, antes de consumidores, las personas somos ciudadanos y que ya contamos con herramientas para empezar a ser dueños de nuestro destino y de nuestra soberanía.

Medios sociales: Herramientas de empoderamiento 

El rol de las redes sociales en los movimientos ciudadanos se ha consolidado en los últimos años. Desde su irrupción en 2010, durante las protestas en Oriente Medio que luego se conocerían como “Primavera Árabe”, hasta los “indignados” españoles o los manifestantes de Ocuppy Wall Street, las redes sociales –fundamentalmente Facebook y Twitter– se han afianzado como vehículos para que la información circule rápidamente y sin censura y han demostrado su efectividad a la hora de convocar a movilizaciones ciudadanas.

Guatemala no fue la excepción. Ahí, sus ciudadanos las utilizaron para expresarse y para convocar a las movilizaciones. Y esto no es una opinión; es un hecho: cada uno de los hitos de esta primavera guatemalteca ha podido medirse en Twitter, lo cual corrobora aún más la relevancia de las redes sociales como herramientas de empoderamiento para el ciudadano.

Según los análisis realizados por Findasense, para la primera manifestación convocada el 25 de abril en Facebook, se enviaron 66 mil invitaciones y se logró convocar a 15 mil personas que se reunieron para exigir la renuncia de la por entonces vicepresidenta Roxana Baldetti. Estas se manifestaron por medio del hashtag #RenunciaYa.

Cuatro meses después, la negativa del presidente Otto Pérez Molina de renunciar provocó la convocatoria al paro nacional del 27 de agosto, que se convirtió en el día con mayor interacción en redes sociales del año en Guatemala. Ese día, 69% de las conversaciones fueron generadas por hombres en Twitter y 31%, por mujeres. Alrededor de 100 mil personas se reunieron en la Plaza de la Constitución y usaron sus redes sociales para generar casi 98 mil conversaciones, el récord de conversaciones en el año. El 58% de las conversaciones en Twitter ese día estaban relacionadas al tema y el 30% (30 mil 800) incluyó el hashtag #Paro27A. Este día, 72% de las conversaciones fueron generadas por hombres y 28%, por mujeres.

El siguiente hito fue la presión de la población a los congresistas que debían votar para retirar la inmunidad del presidente Otto Pérez Molina. El hashtag #ExijoMis105Votos durante el 1 de septiembre fue trending topic y se registraron más de 71 mil 500 conversaciones relacionadas.

Dos días más tarde, en horas de la madrugada, se anunció la renuncia del presidente. Esto provocó nuevamente un pico en conversaciones que, a las 2:00 p.m. (hora local), habían superado las 50.500 publicaciones relacionadas con #OPMrenunció. Estas fueron realizadas por 21.916 cuentas de Twitter. A esta misma hora, y al igual que lo visto en los tres días analizados, 67% de las conversaciones fueron generadas por hombres y 33%, por mujeres comentando desde su cuenta.

Los datos demuestran que las plataformas sociales no solo están siendo relevantes en el consumo digital, sino que también están impactando en todos los órdenes sociales. Centroamérica, y en este caso Guatemala, aunque tiene una penetración digital baja, ha sido el último ejemplo de este fenómeno, que, seguramente, seguirá evolucionando

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