Opinión

Las agendas legislativas

El Congreso es una de las instituciones que tiene niveles bastante bajos de aceptación y confianza. Hay muchas críticas al trabajo de los diputados. El Congreso es uno de los tres poderes del Estado. La Constitución Política le asigna las funciones de legislar, controlar y fiscalizar. Una evaluación muy general del desempeño de este organismo muestra resultados bastantes pobres, especialmente al analizar la actual legislatura.

Una de las razones que argumentan muchos de los diputados para explicar y justificar el mal desempeño es el estancamiento de la agenda. El abuso de la interpelación bloqueó y entrampó la discusión y aprobación de leyes en el hemiciclo. Lamentablemente, el uso irresponsable de este mecanismo de control y fiscalización, además de bloquear la agenda, contribuyó a socavar más la credibilidad y legitimidad del Congreso.

Esta situación fue muy criticada a lo largo de esta legislatura. Muchos diputados presentan como propuesta electoral regular la interpelación para evitar que se convierta en el instrumento político que entrampa la aprobación de leyes. Sin embargo, lo que más preocupa en esta elección es que los partidos políticos no han presentado sus propuestas de agenda legislativa.

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Es decir, cuáles serán sus prioridades en el Congreso. No sabemos si estarán más interesados en promover leyes relacionadas con el empleo, la salud, la educación u otras áreas. Además, es importante conocer el enfoque y la orientación de cada una de esas leyes. La discusión y el debate han sido bastante superficiales y sin propuestas concretas. Indudablemente, las agendas legislativas de los partidos en el Congresos varían si estos están en la oposición o son el partido de gobierno. En el primer caso, deberán principalmente impulsar una agenda legislativa orientada a controlar y fiscalizar el actuar del Gobierno, de manera responsable y comprometida con el país.

Evitando a toda costa un comportamiento que bloquee o dificulte la labor legislativa. Esto también incluye proponer iniciativas de ley. Por otro lado, los diputados miembros del partido de gobierno deberán establecer una agenda legislativa coordinada y articulada con las políticas que están impulsando en el Ejecutivo, respetando, por supuesto, la independencia y autonomía de los poderes del Estado.

Aquí no solo estamos hablando de la aprobación de leyes, sino también, por ejemplo, de la discusión y aprobación de un presupuesto que le permita cumplir con las políticas planteadas. De igual manera, no pueden dejar fuera las funciones de control y fiscalización. Los partidos parecieran no tener claridad en las agendas legislativas y cómo estas responden a las principales necesidades del país. Las campañas de los candidatos presidenciales están muy desarticuladas y desconectadas de las campañas de los candidatos a diputado.

Las propuestas, en muchos casos, simplemente no encajan y, en el peor de los casos, terminan contradiciéndose. La decisión transcendental la enfrentaremos en las urnas electorales al momento de ejercer nuestro voto. Por eso es importante que nos informemos y reflexionemos bien. Hay que escudriñar la vida y la trayectoria de los candidatos.

Qué puestos y cargos públicos han desempeñado, entre otros aspectos, que nos permitan saber de dónde vienen y qué han hecho. Y especialmente exigir que presenten sus agendas legislativas.

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