Opinión

Desigualdad social

Columna invitada: María Luisa Méndez

Como parte de las acciones que Paz Joven desarrolla en el marco del proyecto Yo Decido, ha realizado desde hace varios meses un proceso de formación sobre la “Participación Juvenil con Perspectiva de Género”, uno de los propósitos es evidenciar los roles de poder, elementos que limitan el desarrollo humano integral de las y los adolescentes y jóvenes en sus diversos contextos.

Ha sido una fase interesante para el proyecto por la realidad y esa mirada particular de los diferentes grupos de adolescentes y jóvenes con características como etnia, edad, sexo, aspectos lingüísticos, cultura entre otros, que nos permiten como organización y como jóvenes reflexionar acerca de la desigualdad social existente y los retos que esto conlleva. Los diversos análisis realizados con los adolescentes y jóvenes nos dieron un diagnostico de esa división de roles entre mujeres y hombres, pero lo más interesante es como estos se ven como algo natural reflejando una jerarquía del género masculino sobre el femenino.

Otra de las reflexiones realizadas fue sobre la construcción social de sujetos, que sabemos que ha sido histórico, por lo tanto, el proceso permitió acceder a la subjetividad de las y los jóvenes. En un ejercicio realizado se les preguntó: ¿Qué les gusta de ser mujeres/hombres? Y ¿Qué nos les gusta de ser mujeres/hombres? algunas de las respuestas para el caso de los hombres fueron: que lo que más les gusta son “los privilegios” de ser hombres, orientado a las características que los definen como “sexo fuerte”; por el deporte y trabajo, en el caso de “lo que no les gusta de ser hombres”, las respuestas fueron que no les gusta el trabajo “duro” al que son sometidos hablando de la agricultura, no les gusta ser quienes sostienen económicamente a la familia. En el caso de las mujeres, algunas de las respuestas fueron: que lo que más les gusta es “ser madres” “tener el cabello largo”, y de las cosas que no les gusta: “levantarse más temprano para ayudar a mamá” “no salir de noche” y para algunas comunidades con población indígena expresaron “no poder subirnos a un árbol o jugar futbol”

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Es lamentable como sus respuestas nos llevan ante una situación que viola derechos y libertades y que también reafirma que los hombres tienen mayores ventajas sociales, producto del machismo y todo un sistema patriarcal mostrando en instituciones sociales que responden a construir estos beneficios como la casa, iglesia, escuela y comunidad.

Hablar de género es muy extenso, es indispensable tener claridad cuando se habla del tema, comprender que se hace referencia a esas características psicológicas, sociales, culturas asignadas a las personas, y muy importante que van cambiando con el tiempo, no era lo mismo hablar del tema hace 50 años que hablarlo ahora. Es un reto entonces trabajar como país en la igualdad y equidad de género, aunque hay avances aún debemos desaprender prácticas y conductas para construir un lugar con mejores condiciones para todas y todos.

 

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