Opinión

María Luisa Méndez

María Luisa Méndez
Presidenta Paz Joven Guatemala
Twitter. @mariawicha

En los últimos días me he preguntado el sentido del 15 de septiembre para nuestro país, en especial para el sistema educativo y en el cómo se aborda en las aulas de cada una de las escuelas públicas y privadas. Esta semana he visto como los estudiantes a nivel nacional se preparan para sus “actos cívicos” en conmemoración a este día, y hablando con algunos de diferentes lugares del país, me doy cuenta que hay una mayoría de adolescentes y jóvenes que no tiene la menor idea del porque la celebración del día, solo saben que todas las actividades forman parte de las fiestas patrias y que son una manera de infundir civismo.

Son diferentes actividades que se planifican, pero al final nos encontramos con algunas de cajón como los altares cívicos, los bailes, gimnasias, las antorchas y desfiles con bandas de largas horas bajo el sol. No negaré que se trasmite una alegría y entusiasmo por parte de muchos niños, adolescentes, jóvenes y adultos, para otros el día significa un espacio de convivencia y de compartir una fiesta, que en efecto son pocos y contados hoy por hoy para la población y que crea ese vínculo del guatemalteco con la patria y que para otros genera todo un análisis de esas prácticas que aún se desarrollan con connotaciones de fondo recordando lo complejo y la historia de este país en el caso por ejemplo de los desfiles.

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Estoy segura que muchos nos sentimos orgullosos de cantar nuestro himno, de ver nuestra bandera por todas partes, de escuchar hablar con entusiasmo de las cosas bellas que nos hacen ser parte de este país, sin embargo, es necesario conocer más allá de los símbolos patrios y poemas a la patria, la historia de Guatemala, esos acontecimiento que han marcado que al igual que la independencia, que lejos de significar que somos un país “libre e independiente”, simboliza aspectos socio-
económicos y políticos de ese momento y el trascurrir los años que deben analizarse; así como otro tema del que poco se habla en las aulas y que representa años de dolor y crueldad en el país, la guerra interna y la recuperación de la memoria histórica en Guatemala, que brindan elementos esenciales que deben ser parte de la educación para entender el porqué estamos como estamos.

Termino confirmando esos enormes retos y desafíos que tiene el tema de la educación en el país, empezando por el acceso y la calidad educativa, que forma parte de esos cambios al sistema y esas condiciones que el Estado debe brindar y fortalecer, reconociendo esa importancia de invertir en la educación a la niñez, adolescencia y juventud como herramienta fundamental para el desarrollo y la construcción de una verdadera ciudadanía.

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