Opinión

Dr. Jorge H. López

Sentarse o correr la carrera de la vida

Dr. Jorge H. López Fraternidad Cristiana de Guatemala                           Página web: frater.org                        Twitter: @pastorjorgehlop  Dr. Jorge H. López
Fraternidad Cristiana de Guatemala Página web: frater.org Twitter: @pastorjorgehlop

Hay una serie de televisión que se llama “Cien maneras de perder la vida” y en la vida hay una manera de cómo desperdiciar la vida al máximo, por actitud.

Hay quienes se quedan sentados a contemplar el esfuerzo de otros que en plena carrera tienen el objetivo de llegar a la meta y cumplir el propósito que tienen en la vida.

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El que se quedó sentado acumula fracasos, piensa en el pasado y vive sin sueños, de cosas que carecen de realidad, de un proyecto deseado que se queda en eso, un simple deseo, viviendo en el futuro que aún no llega.

¿Cómo desperdiciar tu vida al máximo? Sería una buena pregunta para un joven que se involucra en grupos que pierden el tiempo sin dedicarse al estudio o a una actividad productiva, bajo la sombra de un padre consentidor, sin carácter.

Y es que muchas veces se transita en la vida sin vivirla plenamente, sin aprovechar al máximo las posibilidades, los recursos que se presentan, es como quedarse parado frente a una ventana. Otra manera de desperdicio es vivir de prisa, corriendo desenfrenadamente, como queriendo correr tras el viento, como dice la Biblia, con miedo, con preocupación, viviendo en el futuro que no tenemos y olvidando lo maravilloso que es el presente con todo y sus obstáculos que nos permiten crear nuestros propios retos, derrotarlos y ser más que vencedores.

Hablamos de una juventud que se convierte en estadísticas de los migrantes, en una niñez que es víctima de la violencia organizada al reclutarlos para sus fines perversos, pero omitimos que los limitamos o escaseamos sus oportunidades de desarrollo y los convertimos en candidatos para echar a perder su vida en los afanes diarios, en que los dejamos soñar, sin despertarlos. Que no los dejamos proponerse metas, que no apresuramos sus pasos para que no esperen a que otros los den, no los estimulamos para que no hagan las cosas solo para salir del apuro sino que las hagan con excelencia.

Hay muchas formas para desperdiciar la vida, pero solo hay un camino: falta de voluntad, de actitud. Si no hay un enfoque en la vida, si no hay una meta, no hay un propósito y entonces es una de las formas de cómo desperdiciar la vida al máximo. Los corredores se entrenan, se enfocan en cómo hacer una carrera para llegar a la meta. Planifican porque su propósito es llegar primero o entre los primeros. El enfoque es ganar.

En el marco de la XI Feria Internacional del Libro en Guatemala, que se realizó en el Parque de la Industria, presenté el sexto libro titulado “Cómo desperdiciar tu vida al máximo”. Cada uno de los temas y los mensajes es un espacio para la reflexión que nos permite darnos cuenta de cómo dejamos que el tiempo, que nos ha sido dado, se nos escurra entre las manos. Cuando entendemos esto y lo percibimos, no con la mente sino con el corazón, recién en ese momento somos capaces de convertirnos en hombres y mujeres que ¡aprovechan su vida al máximo!

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