Opinión

David Trads

El embargo de los Estados Unidos a Cuba es injusto y debe llegar a su fin.

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¿Se acuerdan de Elián González, el niño cubano que fue rescatado dramáticamente por sus familiares en Miami en 1999 y luego fue devuelto a La Habana con su padre? Él sobrevivió a un trágico escape de la isla comunista, contó con suerte, pues su mamá y otros nueve murieron ahogados, y logró arribar a Florida.

En EE. UU. se convirtió en el centro de una lucha política entre la comunidad cubana en Miami, que quería que se quedara, y la élite política de La Habana, que pedía su regreso con su padre. Una batalla legal le dio a su papá el derecho a la custodia, pero su tío en Florida se negó a cumplirla. Eventualmente, agentes estadounidenses fuertemente armados entraron en la casa de su tío y llevaron de vuelta a Elián a Cuba.

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Nunca se me ha olvidado la imagen de Elián llorando desconsolado en los brazos de su tío, junto a un agente estadounidense tratando de soltarlo. Me rompió el corazón. Cuando regresó a Cuba fue usado, obviamente, como un símbolo político. Fidel Castro asistió a sus fiestas de cumpleaños y hoy, de 20 años, Elián es una clase de portavoz del régimen. La semana pasada asistió al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, una organización de izquierda que tuvo lugar en Ecuador, y en la que alabaron el Estado comunista y culparon a los estadounidenses por todos sus problemas:

“Es culpa de Estados Unidos. Su injusto embargo provoca una situación económica interna crítica en Cuba. Pero, pese a esto, Cuba, con todos sus problemas, ha progresado en todos estos años. El desarrollo que hemos logrado es gracias al coraje de los cubanos, a nuestra dignidad y a nuestra constante lucha por un modelo más justo”.

Creo que es hora de dejar las trincheras y normalizar las relaciones. Esta semana, durante el funeral de Nelson Mandela, fuimos testigos de una señal de deshielo entre EE. UU. y Cuba. Era obvio que no estaba planeado, pero accidentalmente pasó: hubo un incómodo estrechón de manos entre el líder cubano Raúl Castro y el presidente estadounidense, Barack Obama, mientras este se acercaba al podio para hablar.

Pero ¿quizá ocurrió en un lugar y en un tiempo apropiado para un deshielo de las relaciones que llevan una disputa de más de medio siglo? Pese a todo, el legado de Mandela es acerca de dejar atrás las diferencias del pasado. El embargo de Estados Unidos a Cuba es injusto, y obviamente siempre afecta al pueblo cubano y no a los Castro.

El embargo fue introducido en 1960 y fue una reacción a la nacionalización cubana de propiedades de ciudadanos estadounidenses y una demanda para el regreso a la democracia. Este último argumento ha sido siempre bastante vacío, pues el Gobierno de los Estados Unidos apoyó al régimen de Batista que los Castro derrocaron. El embargo debe llegar a su fin inmediatamente. Fidel está viejo y Raúl, su hermano menor, no es un demócrata sino un reformador. El tiempo es el adecuado para dialogar con La Habana y, en momentos en que Obama ha tendido la mano a Teherán, no tiene ninguna lógica que Cuba tenga que ser apartada. Raúl Castro puede ser la versión cubana de Mikhail Gorbachev, el último líder soviético, quien introdujo las reformas que terminaron arrugando al malévolo imperio.

No me confundan: estoy completamente consciente de que Cuba todavía es una dictadura, es un país en el que el régimen encarcela a los líderes políticos de oposición y a otros “enemigos del Estado” como homosexuales, escritores, compositores y civiles. Los discursos políticos, incluyendo las “reflexiones” que Fidel ocasionalmente publica en el periódico oficial, mantienen una demagogia dramática contra los “imperialistas” (Estados Unidos) y sus “lacayos” (Europa). Simplemente creo que el resto del mundo ayudaría más al pueblo cubano si se entablan diálogos en vez de continuar cerrándoles la puerta. Denles una oportunidad.

Admirador

“El embargo deber llegar a su fin inmediatamente. Fidel está viejo y Raúl, su hermano menor, no es un demócrata, sino un reformador. El tiempo es el adecuado para dialogar con La Habana”.

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