Opinión

María del Carmen Aceña

Evaluar para mejorar

 María del Carmen Aceña Investigadora Asociada CIEN María del Carmen Aceña
Investigadora Asociada
CIEN

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Se ha cuestionado ¿qué están aprendiendo los alumnos en la escuela? ¿Qué es calidad educativa y cómo lograrla? ¿Pueden los padres de familia presionar por más y mejor educación? “Lo que no se mide, no se puede mejorar”, comentó recientemente el Viceministro de la Calidad Educativa, refiriéndose a una década de éxito respecto de contar con un sistema de evaluación de la calidad en el Ministerio de Educación (Mineduc) que ha trascendido gobiernos –evaluaciones censales para graduandos y básicos, y muestrales en sexto y tercer grados de primaria–.

“Lo que nos motiva hoy es a reflexionar; estamos evaluando, e informando, pero ¿cómo influir en la calidad de la educación?”, expresó la titular de Educación durante el evento “Evaluar para mejorar: El reto del Ministerio de Educación”, celebrado el jueves pasado, con la presencia de tres expertos internacionales.

Nos molestan los resultados de las pruebas que realiza anualmente el Mineduc, en especial porque evidencian que los jóvenes no están aprendiendo lo deseado. Y, cuando nos comparamos con otros países, el resultado es más desafiante. En la prueba de graduandos de 2012 apenas 7 de cada 100 alumnos obtuvieron un nivel satisfactorio en matemáticas y 24 de cada 100 en lectura. Al menos ya sabemos dónde estamos, ahora el reto es cómo mejoramos.

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Jeffrey Pruyer –doctor en pedagogía– explicó que muchos niños y jóvenes en Latinoamérica no están aprendiendo, “hay una crisis de aprendizaje en la región”, puntualizó. Señaló que las evaluaciones han evidenciado el problema y estimulado a los padres para que presionen en la mejora del sistema. Recomendó lograr que se aplique el currículo nacional base, mejorar la formación del maestro, mantener la calidad de la prueba y contar con un compromiso sostenido.

Darlyn Meza –exministra de Educación de El Salvador–exhortó a diseminar los resultados de las pruebas a cada escuela y conseguir que directores, maestros, alumnos y padres de familia asuman responsabilidades de mejora.

Optimizar el desempeño de los niños en primero de primaria es clave. Las preguntas a responder son ¿están los maestros aplicando el currículo? ¿Cuáles son los cuellos de botella administrativos para mejorar la educación? ¿Qué procesos debemos cambiar?

Annette Santos –experta en evaluación de México– explicó que las pruebas juegan un rol en lograr calidad, pequeño pero importante. Los sistemas de evaluación deben mantener su rigor técnico y sirven para recomendar y ejecutar cambios en educación. El proceso de evaluación forma parte de todo un sistema educativo, por lo que apunta a una visión integral y sistémica. Es importante contar con buenos equipos, información, planes y determinar la frecuencia de las pruebas.

¿Qué podemos aprender de otros países? 1) Cambiar el modelo de gestión a uno descentralizado, trasladando recursos y empoderando a las escuelas a asumir la responsabilidad de mejorar el desempeño de cada alumno, como lo hizo Chile; 2) lograr liderazgo político –prohibir las huelgas o la ausencia de los maestros en horarios de clase– como se legisló en Ecuador; 3) insistir en evaluar a los maestros como decidió Perú y 4) mostrar la voluntad política como el presidente Enrique Peña Nieto en México, haciendo una reforma educativa y obteniendo que los líderes sindicales cumplan la ley.

¿Qué nos queda por hacer? Tomar decisiones con valentía, lograr una estrategia con el Congreso y los maestros para llevar a cabo técnicas que lleguen a las escuelas, e informar a los padres para que demanden calidad. Por último, que si los resultados de las pruebas fueran vinculantes con la graduación del alumno, causaría una revolución positiva ¿Qué opina usted al respecto?

“Nos molestan los resultados de las pruebas porque evidencian que no están aprendiendo lo deseado”, asegura María del Carmen Aceña.

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