Opinión

María del Carmen Aceña

Diálogo sostenible

 María del Carmen Aceña Investigadora Asociada CIEN María del Carmen Aceña
Investigadora Asociada
CIEN

“El mundo está indignado. Es tiempo de dialogar y consultar. La ausencia del diálogo produce brechas muy grandes que nos confrontan. Los distantes y distintos que dialoguen”, comentaba recientemente un consultor peruano, durante el foro “Diálogo Sostenible: Ruta para el Desarrollo”, llevado a cabo por CentraRSE, en Guatemala, la semana pasada.

El diccionario define como diálogo la discusión de distintos puntos de vista para intentar lograr un acuerdo o un acercamiento entre posturas. ¿Qué elementos son claves para su éxito? Los expertos señalan que se requiere de ciertos principios y reglas como escucha activa, conocimiento mutuo, información oportuna y respeto entre las partes. Los que dialogan deben participar con actitud positiva, de buena fe y con empatía. Generar confianza, compartir una visión y avanzar.

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Un especialista de la Fundación AVINA precisó el concepto de diálogo sostenible. Este se presenta como una oportunidad de realizar importantes transformaciones en la sociedad, a partir de la construcción de agendas compartidas de acción que favorezcan a la generación de bienes públicos y de una nueva economía.

Agregó que la riqueza es el conjunto de bienes y servicios que se ponen a disposición de la población. Compartió con el público un sistema creado para tratar el tema relacionado con la minería en Colombia. Este parte de un modelo que busca la dignidad humana, el desarrollo económico y el disfrute de los recursos naturales.

Se desea un proyecto ético de riqueza que se logra cuando todos participan. El proceso crea oportunidades y parte de identificar, convocar y articular el “capital social”. El éxito es crear una nueva narrativa para abordar el tema. El tema se afronta desde un riesgo y no de un daño, lo que permite buscar propuestas.

Adicionalmente aclaró qué NO es diálogo sostenible: a) las rondas interminables de conversaciones, b) los espacios para negociar “regalos” sociales, c) una estrategia para hacer avanzar los proyectos económicos o para frenarlos, d) un proceso para cooptar liderazgos comunitarios, sociales o políticos, e) una estrategia para “vender” los beneficios de los proyectos; y f) una palanca para engaño político y/o electoral de corto plazo.

Ahora bien, ¿cómo aplicamos estas experiencias exitosas en Guatemala? La participación de los panelistas fue bastante interesante. Un líder quechua peruano contaba que ellos han construido un modelo de minería con responsabilidad social.

Una guatemalteca indígena hizo un llamado a lograr un gana- gana, impulsar una agenda de desarrollo –servicios públicos de calidad y potencializar a los jóvenes-. Un representante de una empresa de extracción en Guatemala compartió su experiencia de 7 años de diálogo recomendando escuchar no solo oír y compatibilizar las necesidades de corto plazo de la población con los intereses de largo plazo de las empresas. El representante de Gobierno hizo un llamado a la reflexión de ser serios.

Adicionalmente se comentó la importancia de contar con liderazgos éticos en el sector público, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil (ONG). Interesante que se advirtió que las ONG no son representantes de las poblaciones, sino, puentes comunicantes.

“Hay muchas que viven del conflicto y no les interesa progresar, resultando con agendas ideológicas”, se puntualizó.

Por último, se lanzó la reflexión individual, ¿cuánto has dialogado hoy? ¿Dialogas en casa? ¿Realmente escuchas a los demás? ¡Escúchame con paciencia, tolerancia, humildad y bondad!

Reflexión

Los que dialogan deben participar con actitud positiva, de buena fe y empatía

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