Paola Rivano

Paola Rivano,
Coach y conferencista internacional, Www.paorivano.com,
Twitter @paorivano

“¿Cuénteme, qué le relaja? ¿Qué actividades le hacen feliz? ¿Qué cosas disfruta hacer? Tienes que recargar baterías a diario, tienes que definir las actividades que te brindan bienestar”. Mientras observaba el rostro expectante del doctor, pensaba en esas aparentes simples preguntas que hicieron en mi mente un torbellino de pensamientos.

“Que difícil pregunta, doctor, no sé, tendría que pensarlo”. – “No puedes seguir este ritmo de vida, Gabriela, tienes que aprender a disfrutar de la vida y a dedicar un poco más de tiempo para ti. Puede sonar egoísta, pero, ¿qué propones para evitar el problema de las drogas? si no, te enfermarás”.

Al salir de la consulta Gabriela no podía pensar en otra cosa. Las palabras del doctor daban vuelta aleatoriamente en su cabeza. “¿Qué cosas me hacen feliz?”

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En ese momento se dio cuenta de que durante toda su vida había pensado en cómo hacer feliz a los demás y que no tenía la más mínima idea de cómo hacerse feliz a sí misma.

Hasta el día de hoy había estado pendiente de complacer a otros, quedando ella siempre en segundo plano. No tenía la más mínima idea de cómo contestar a esas preguntas. Camino a su casa decidió hacer un alto en su habitual recorrido y paró a una cafetería tranquila. En una servilleta comenzó a hacer una lluvia de ideas de todas las cosas que hacía normalmente.

Al leer cada una de las actividades que puso en la lista, se dio de cuenta que siempre estaba involucrado complacer a otro, lo cual sin duda la hacía feliz. Pero ningún apartado de la lista estaba directamente enfocado en su propio deleite, ni uno solo.

Tomó otra servilleta de la mesa y puso de encabezado “Cosas que me gusta hacer y que me hacen feliz”. Durante un buen tiempo miró la servilleta en blanco y nada pasaba por su cabeza. “Qué triste, no tengo idea qué cosas me hacen feliz”.

Cerró los ojos e intentó recordar su juventud, incluso su infancia y fue acordándose de todos los bellos momentos de esa época. Inconscientemente buscaba en esa película mental imágenes de sonrisas y regocijo, y poco a poco las comenzó a encontrar.

Recordó cuando era pequeña y cuánto le encantaba ir a pescar al lago, pasando tardes enteras sentada en el muelle, a veces sin pescar nada, solo contemplando la belleza del agua. Recordó las tardes en el parque leyendo un libro, el aroma de la tierra mojada después de la lluvia y el dulce e incomparable sonido de la risa de sus hijos. Al abrir los ojos, notó que estaba sonriendo y que todos estos recuerdos habían evocado en ella un sentimiento de felicidad.

De vez en cuando es necesario hacer un alto en nuestra vida y evaluar si las actividades que llevamos a cabo a diario aportan en alguna medida a nuestra realización personal y a nuestra felicidad.

Esta semana te dejo la tarea de hacer esa lista, definiendo qué cosas te hacen feliz. La próxima semana veremos los pasos a seguir con ellas.

¿Qué cosas te hacen feliz? ¿Qué te relaja?