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El reto de Arévalo en Guatemala es frenar el "deterioro democrático", dice diputado

El diputado Román Castellanos, advierte además que la continuidad de Consuelo Porras como fiscal general es la mayor amenaza para la estabilidad del país.

El mayor reto para el Gobierno de Bernardo Arévalo de León será “detener el deterioro democrático” en Guatemala, a juicio del diputado Román Castellanos, del Movimiento Semilla, el partido del presidente electo que asumirá el cargo el próximo 14 de enero en medio del conflicto generado por los intentos del Ministerio Público (MP) de impedirlo.

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En una entrevista con EFE, el legislador afirma que existe una necesidad urgente por “detener el deterioro democrático que se ha instalado en Guatemala”, impulsado desde todos los organismos del Estado, incluyendo el Congreso, “donde se han propuesto iniciativas que contravienen la democracia”.

Castellanos, quien fue reelegido como diputado del Movimiento Semilla para el período 2024-2028, advierte además que la continuidad de Consuelo Porras como fiscal general es la mayor amenaza para la estabilidad del país centroamericano, con alrededor de 17 millones de habitantes.

“La continuidad de Consuelo Porras en el Ministerio Público es una amenaza para la democracia y obviamente puede tener implicaciones en los planes del siguiente Gobierno, pero el pueblo estará consciente de quiénes serán responsables de las dificultades”, asegura Castellanos.

La Corte de Constitucionalidad, determinó en diciembre pasado que Porras solo puede ser retirada de su cargo de Fiscal General si previamente existe una sentencia condenatoria en su contra, en respuesta a solicitudes que pretendían facilitar la destitución de la funcionaria.

“La persecución del Ministerio Público contra Bernardo Arévalo y contra miembros de nuestro partido no ha socavado el liderazgo del presidente electo, sino que lo ha impulsado como un referente moral y un líder nacional”, dijo el diputado del Movimiento Semilla, que nació de la lucha anticorrupción en Guatemala durante 2015 y 2016.

Arévalo de León, de 65 años, tomará posesión el próximo 14 de enero tras varios meses de persecución judicial por parte del Ministerio Público, que ha intentado de diversas maneras revertir los resultados de las elecciones celebradas este año en Guatemala.

Esta situación de crisis e incertidumbre ha obligado a entes como la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Gobierno de Estados Unidos a acompañar de forma minuciosa y cercana el proceso de transición de mando.

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Iniciativas y alianzas

Castellanos, de 38 años, forma parte de los 23 congresistas electos del Movimiento Semilla para el período 2024-2028, lo que convertirá al partido progresista en la tercera fuerza en el Congreso, de 160 escaños.

“Sabemos que pasaremos de ser la oposición a ser el partido oficial y necesitaremos de alianzas para formar una mayoría, así como de consensos para legislar en favor del pueblo”, resalta Castellanos.

El legislador oficialista señala el imperativo de “construir leyes que promuevan las libertades fundamentales”, así como de “trabajar en temas de seguridad, economía, protección ambiental, con una agenda legislativa que incluye generar las condiciones de vida”.

Durante la última legislatura del Congreso, dominado por diputados afines al presidente saliente, Alejandro Giammattei, aprobó polémicos préstamos, intentó impulsar amnistía para militares acusados de crímenes de guerra y quiso elevar penas de cárcel por aborto.

Todo ello obedece, en opinión de Castellanos, a que la “agenda legislativa” se mueve “con el aceite de la corrupción”, debido a la compra de voluntades de diputados por parte de actores corruptos.

Una victoria histórica

La victoria electoral del Movimiento Semilla en los pasados comicios fue sorpresiva para propios y extraños, por ser un partido no tradicional y que no figuraba ni siquiera entre los principales cinco favoritos, según las encuestas.

“Ganar una elección que fue diseñada para la continuidad del régimen de corrupción e impunidad, que había arreglado todo para seguir gobernando, fue una ruptura del sistema impulsada por la juventud que ya está cansada de lo mismo”, señala el congresista.

Ese triunfo provocó que la cúpula de la Fiscalía, dirigida por actores sancionados por Estados Unidos, intentara anular los resultados por medio del secuestro de los votos electorales, así como de procesos penales contra Arévalo de León.

Sin embargo, los intentos de “golpe de Estado”, como los ha llamado Arévalo de León, se han visto bloqueados por “el levantamiento para defender la democracia” por parte de organizaciones indígenas y la población, indica Castellanos.

El diputado destaca que la crisis vivida en el país en los últimos meses “marca un antes y después”, que podría permitir “una participación” protagónica de los pueblos indígenas y la juventud en la política guatemalteca.

 

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Vía EFE

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