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San José del Golfo, el municipio inconforme que frenó la votación

Los vecinos se indignaron cuando vieron llegar buses con personas "acarreadas", al considerar que era una maniobra del alcalde para conseguir la reelección.

En el municipio de San José del Golfo, los pobladores dicen estar cansados de las irregularidades que ocurren cada cuatro años cuando hay elecciones en Guatemala. Por eso, el domingo pasado salieron a protestar y frenaron la votación en su pueblo.

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Los vecinos se indignaron cuando vieron llegar buses con personas “acarreadas” de otras partes del país, al considerar que era una maniobra del repudiado alcalde para conseguir la reelección.

Eso detonó las pasiones y las protestas el día en que se realizaban los comicios municipales, en forma paralela a los presidenciales y legislativos.

“La inconformidad que ha habido siempre es el acarreo de personas”,  manifestó, Nohemí Guzmán, de 34 años.


“No es de ahorita (…), cada elección es lo mismo”, se lamenta la mujer, quien es dueña de una pollería y quien resultó intoxicada con los gases lacrimógenos que lanzaron los policías para dispersar a la indignada muchedumbre.

La escuela de altos muros amarillos donde comenzó la refriega luce desolada y el rótulo blanco de “Centro de Votación” estaba casi desprendido, mientras unos pocos policías caminan patrullando por las calles del pueblo.

En la protesta dos mujeres y un hombre fueron arrestados y acusados de incitar a la violencia.

“Estamos felices”

El conflicto comenzó a fraguarse la noche del sábado, horas antes del arranque de las elecciones, cuando los vecinos notaron la llegada de autobuses con gente que sospechaban que venía de poblados lejanos a votar en favor de la reelección del alcalde, Rocael Chamalé, del partido del presidente Alejandro Giammattei.

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Las autoridades electorales señalaron que se trataba de voluntarios que iban a atender las mesas de votación y que fueron agredidos por los lugareños.

“Fueron obligados a bajar de los buses y a algunas personas inclusive les rociaron gasolina en sus cuerpos con amenaza de prenderles fuego”, señaló el domingo el jefe de la junta electoral regional, Álvaro Bravo, al anunciar la suspensión de las elecciones en el pueblo.

Los vecinos rechazan esa versión, así como otros candidatos a la alcaldía, que están felices con la suspensión de los comicios en el pueblo, aunque repudian la represión sufrida a manos de un nutrido contingente de policías y soldados.

“Estamos contentos, tranquilos, satisfechos y muy orgullosos del pueblo de San José del Golfo que despertó, se levantó y se logró que se detuvieran las elecciones”, indicó Rocael Palencia, de 49 años, uno de los 10 aspirantes a la alcaldía.

“Somos pacíficos, el único detonante es el acarreo”, sostiene el hombre aún con la voz afectada por los gases y que viste una camisa blanca con el símbolo del partido opositor centrista Cabal.

Mientras, Guzmán atribuye el problema al alcalde: “Si se va a ganar (la reelección), que sea con las personas del pueblo”, que tiene unos 8.500 habitantes.

“Que no vengan acarreados”

Más de cinco millones de guatemaltecos votaron el domingo para escoger a 160 diputados al Congreso, 20 delegados al Parlamento Centroamericano y los miembros de los gobiernos municipales.

La presidencia deberá ser definida en un balotaje entre dos socialdemócratas, el diputado Bernardo Arévalo y la exprimera dama Sandra Torres, el 20 de agosto.

Ese día se debe repetir la votación en San José del Golfo, según dispuso el Tribunal Supremo Electoral, pero Mishelle Sazo, una estilista de 22 años del pueblo, asegura que los vecinos estarán alerta para evitar otra vez la llegada de “acarreados”.

Las elecciones también fueron suspendidas en el municipio de San Martín Zapotitlán, en el sur de Guatemala, donde los vecinos prendieron fuego a las papeletas de sufragio por la misma razón: la sorpresiva presencia de “acarreados”.

La policía detuvo a una decena de personas por estos disturbios.

Vía AFP

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