Luis Tun, de la Sección de Aplicaciones Climáticas del Insivumeh, explicó que el fenómeno El Niño se desarrolla en tres fases: Neutra, El Niño o caliente y la Fase Fría. Esto es provocado por el calentamiento de una región del océano Pacífico, generando menos lluvia y más calor.
PUBLICIDAD
“Esperamos que se establezcan las condiciones de El Niño, actualmente tenemos condiciones neutras; sin embargo, esta anomalía en el Pacífico va cada vez aumentando más y llega a un determinado umbral que al sobrepasarlo tenemos condiciones de El Niño. Esperamos que esta fase se establezca a finales de junio o a lo largo de julio”, detalló Tun.
Además, Guatemala es afectada por el calentamiento del océano Atlántico, lo que ha generado la sensación de más calor, pues en los últimos tres años el fenómeno de La Niña provocó lluvias, creando la percepción contraria a la de 2023.
¿Qué significa el establecimiento de El Niño?
Significa que la percepción y las temperaturas altas se mantendrán. A pesar de ello, el Insivumeh considera abril, mayo y junio como los meses en los que se reportará más calor, proyectando una reducción, no drástica, entre julio y agosto.
En lo que va del año, explicó Tun, se han detectado entre los 36 y 37 grados centígrados como temperaturas máximas, lo cual aún no supera los registros históricos del país.
Un mapa con el pronóstico de temperatura máxima promedio, elaborado por el Insivumeh, para junio, muestra que en algunas regiones del territorio nacional podrían registrarse hasta los 38 grados Celsius. Mientras que la temperatura promedio se mantendrá entre los 22 y 30 grados Celsius.
“Tenemos condiciones que podríamos llamar dentro de lo normal. Sin embargo, sí vemos que hay cierta situación dentro de esta transición en el océano Pacífico… cuando se establezcan las condiciones de El Niño podríamos esperar mucho más marcados, es decir, disminuciones de precipitaciones (lluvias) más grandes”, detalló Tun.
Calor causa preocupaciones
Jorge Pernillo, consultor en temas de nutrición y seguridad alimentaria, advirtió que hay una acumulación de vulnerabilidad desde 2020, por la pérdida de medios de vida de muchas personas aunado a la pandemia de Covid-19.
PUBLICIDAD
Detalló que las temperaturas no son mayores a las de años recientes, se puede decir que son normales, pero se percibe un mayor grado de calor por la pérdida de masa boscosa y/o degradación ambiental.
Para el analista, Petén, Alta Verapaz y la Franja Transversal del Norte son territorios en los que ha aumentado la inseguridad alimentaria, concentrándose la desnutrición aguda en municipios como Panzós.
Pernillo considera que en ese contexto y por el establecimiento del fenómeno El Niño, así como una posible canícula prolongada, podría registrarse una crisis similar a la de 2001, un año recordado por la pérdida de producciones agrícolas y el aumento de los casos de desnutrición infantil.
“Hay una crisis incierta que se viene y no estamos haciendo nada”, lamentó y mencionó que los efectos no se percibirán de forma inmediata, sino a largo plazo.
“Significa que no van a tener alimentos a partir de septiembre, por ejemplo. Hay que recordar que las personas siembran para cosechar de 3 a 4 meses de alimentos. En ese tiempo no tendrán comida y recordemos que hay una crisis económica que tampoco da para comprar y tener alimentos, entonces la escasez puede empezar en septiembre u octubre”, detalló.
Asimismo, indicó que los efectos “más fuertes” se observarán el próximo año, por la pérdida agrícola, la escasez de alimentos y desnutrición.
¿Se puede hacer algo?
Para Pernillo, es necesario aumentar el ingreso de contingentes de frijol y maíz, con bajos aranceles, para que estos granos básicos lleguen a las zonas afectadas. También recomienda la asistencia alimentaria y no descartaría las transferencias monetarias, resaltando el papel de organizaciones y agencias de cooperación que lo han hecho en otras ocasiones.
A la vez, remarcó que se debe trabajar en la prevención para futuras ocasiones, generando fuentes de trabajo, preparando a la primera línea de prevención y atención a la desnutrición, lo cual hace el Ministerio de Salud. Por lo tanto, esta cartera debería elaborar una estrategia de emergencia para garantizar el paquete de servicios básicos y así prevenir y atender la desnutrición.
“Es una crisis silenciosa que se está viniendo poco a poco y nos va a agarrar a todos sin habernos preparado, gobierno y sociedad”, insistió. Pernillo instó al gobierno a abordar la emergencia desde la Presidencia o Vicepresidencia, incluso a los candidatos a la presidencia, considerando los efectos a largo plazo.
Insivumeh emite recomendaciones
Considerando el panorama previsto, el Insivumeh recomendó tomar las medidas necesarias para apoyar al sector agrícola, como dotar las herramientas y métodos de siembra que sean capaces de soportar menos cantidad de lluvia, aprovechando las que se registren. “Se recomienda que se usen o implementen reservorios de agua, por la falta que podría presentarse, para cumplir con los requerimientos que necesitan los cultivos”, añadió Tun.
Acciones del Ministerio de Agricultura
- Comunicación Social del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) indicó que, de registrarse en el país algún fenómeno climático, dará asistencia a la población afectada mediante varias acciones. Por ejemplo: Cobertura con el Seguro Agrícola, entrega del Estipendio Agropecuario, entrega de semillas fortificadas, conformación de reservas estratégicas de alimentos y acompañamiento y asistencia técnica a los pequeños productores.
- En el caso del primer programa, este cubre dos temporadas de siembra, la primera de mayo a agosto y la segunda de septiembre a abril por un monto de hasta Q3 mil por temporada. Además, el MAGA detalló que tiene a disposición 360 mil raciones de alimentos para igual número de familias de cinco integrantes en promedio; supuestamente, representaría cerca de dos millones de personas que podrán ser atendidas.
