Un noble gesto quedó grabado para la posteridad en las redes sociales. La historia inicia con Alberto Carísimo, un joven padre de familia quien se vio obligado a organizar una rifa solidaria, sorteando su propio auto, para poder costear los gastos de una cirugía a la que debe someterse su hija.
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Alberto, de 30 años de edad, inició la rifa en noviembre del año pasado, y recientemente anunció al ganador: Gustavo Huerta, padre de uno de los compañeros de escuela de su hija. El joven, para dar fe y legalidad del resultado del sorteo, realizó una transmisión en vivo por medio de Facebook. en la que se disponía a entregar las llaves y el título de propiedad del vehículo, pero todo dio un giro inesperado y verdaderamente emotivo.
“Llegó el momento de hacerle la entrega de este auto al ganador. Estaba haciendo una rifa para poder solventar los gastos de la cirugía de mi hija, Susana Gabriela. Acá apareció el ganador, el señor Gustavo Huerta”, dijo un emocionado Alberto, quien trabaja como vendedor ambulante en el distrito de Santa Rita, en Paraguay.
Sin embargo, tras recibir las llaves, Gustavo se dirigió a Alberto para agradecerle, al mismo tiempo que le dijo que, consciente de que la intención de rifar el auto era pagar los gastos de la operación de la menor, quería devolvérselo. “Solamente quería significar algo: Yo aposté por una rifa solidaria a favor de Alberto y de su hija, Susana, quien casualmente es compañerita de mi hijo menor, Alejandro, acá en Santa Rita. Este es el auto que él había puesto para sortear en la rifa”, dijo don Gustavo, mostrando el automóvil. “Alberto, quiero aprovechar para devolvértelo, hermano querido. Que se recupere tu hija y que salga todo bien en la operación. A mí no me da el corazón para quitarte tu vehículo”, añadió, ante un conmovido Alberto.
“Mi corazón se regocija en ayudarte”
“De una u otra forma vamos a tratar de ayudarnos el uno al otro. Deseo que salga bien la operación de Susana; que Dios le bendiga. Estamos a las órdenes para lo que necesites. Mi corazón se regocija en ayudarte, porque dice nuestro gran Maestro que es mejor estar en la posición de dar que de recibir”, sentenció Gustavo, entregándole de nuevo las llaves a un todavía incrédulo Alberto.
“Dios te va a devolver el doble”, le aseguró Carísimo a Huerta mientras lo abrazaba. Además, agradeció a toda la comunidad santarriteña que participó en la rifa. “De corazón le agradezco. Quería llorar, pero tuve vergüenza de llorar frente a él. Realmente Dios tocó a la persona que ganó, a su corazón y al mío”, finalizó Alberto, citado por medios internacionales.