Después de tres horas y de enfrentamientos que requirieron la utilización de gases lacrimógenos, las autoridades peruanas retomaron el control de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Arequipa, segunda ciudad de Perú, que había sido bloqueada por manifestantes, utilizando piedras, palos y llantas en llamas, que reclamaban la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.

Los inconformes quemaron casetas de seguridad, y la iluminación de la pista de aterrizaje fue destruida. Y tras los incidentes, el aeropuerto continuaba cerrado, con decenas de pasajeros varados en Perú.

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También en Arequipa, la fábrica de lácteos Gloria, una de las más grandes de Perú, fue ocupada a la fuerza por manifestantes, según imágenes de televisoras. Las carreteras de acceso a varias ciudades del país como Arequipa, Trujillo y Cusco permanecen bloqueadas.

Mientras tanto, la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se declaró “profundamente preocupada por la posibilidad de una escalada de la violencia” que ha dejado dos adolescentes muertos y decenas de heridos en todo el país. “Dada la cantidad de protestas, incluidas huelgas, previstas esta semana, hacemos un llamado a todos los involucrados para que ejerzan moderación”, indicó en un comunicado emitido en Ginebra.

Piden elecciones y liberación de Castillo

A primera hora del lunes, la presidenta anunció que presentaría al Congreso un proyecto de ley para adelantar las elecciones, de abril de 2026 a abril de 2024, pero esto no pareció calmar a los manifestantes, que exigen la liberación del expresidente Pedro Castillo, así como el cierre del parlamento y nuevos comicios de inmediato.

La atención está puesta en la reacción del Congreso a la propuesta de elecciones generales anticipadas, pues implica también que ellos recorten su mandato en dos años. Para recortar mandatos populares, como el presidencial y legislativo, se requiere hacerlo en dos legislaturas consecutivas, un proceso que puede durar hasta un año, según las leyes peruanas. Y para convocar a elecciones anticipadas es necesaria una reforma constitucional.

Boluarte formó gobierno el sábado, con un perfil independiente y técnico, y con el exfiscal Pedro Angulo como primer ministro. La demanda de nuevas elecciones, no obstante, se asocia con un abrumador rechazo al Congreso: según sondeos de noviembre, un 86 % de los peruanos desaprueban al parlamento.

*Con información de AFP