“Durante muchos años, hemos sido testigos de un retroceso alarmante de la democracia, el Estado de derecho, el respeto de los derechos humanos en muchos lugares del mundo”, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, al presentar a la prensa el informe anual del Departamento de Estado sobre derechos humanos.
PUBLICIDAD
“Desde la publicación de nuestro informe anterior”, hace un año, “lamentablemente, este retroceso ha continuado”, agregó.
En el captítulo sobre Guatemala, se detalla que la impunidad siguió siendo generalizada.
“La corrupción, los esfuerzos concertados de los actores del crimen organizado y el socavamiento de las instituciones anticorrupción y el poder judicial por parte de actores políticos corruptos dificultaron la investigación y el enjuiciamiento significativos de los delitos, incluida la corrupción, que involucran a funcionarios públicos”, se detalló.
Tambén se detalla que hubo abusos de parte delas fuerzas de seguridad. “Hubo informes fidedignos de que miembros de las fuerzas de seguridad cometieron algunos abusos”, se añadió.
El documento resalta que las cuestiones importantes de derechos humanos incluyeron informes creíbles de homicidios ilegítimos o arbitrarios; condiciones penitenciarias duras y potencialmente mortales; arresto y detención arbitrarios; y represalias por motivos políticos contra personas en otro país.
PUBLICIDAD
Además, de serios problemas con la independencia del poder judicial; restricciones graves a la libertad de expresión y de los medios de comunicación, incluida la violencia, las amenazas de violencia y los arrestos o enjuiciamientos injustificados contra periodistas; interferencia sustancial con la libertad de reunión pacífica y la libertad de asociación, incluidas leyes demasiado restrictivas sobre la organización, financiación o funcionamiento de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil.
También de corrupción gubernamental grave; falta de investigación y rendición de cuentas por la violencia de género; delitos que involucren violencia o amenazas de violencia contra personas con discapacidad y miembros de grupos indígenas; delitos que involucran violencia o amenazas de violencia contra personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer o intersexuales; y el uso de trabajo forzoso, incluido el trabajo infantil.
Un “retroceso”
El gobierno estadounidense de Joe Biden puso la guerra en Ucrania como ejemplo de “retroceso” de los derechos humanos en el mundo, en un informe en el que Cuba y Nicaragua salen mal paradas.
Blinken mencionó la situación en Ucrania desde que fue invadida por Rusia como el caso “más flagrante” de las “consecuencias humanas de este retroceso”. Y volvió a acusar a las tropas rusas de “atrocidades generalizadas” en las zonas que han ocupado, como “cuerpos dejados en las calles con las manos atadas; teatros, estaciones de tren, edificios reducidos a escombros con civiles en su interior”; “testimonios de mujeres y niñas que han sido violadas, y civiles asediados, que mueren de hambre y frío”.
El secretario de Estado denunció sobre todo las violaciones de derechos humanos en países con los que Estados Unidos tiene relaciones mediocres, como China, a la que acusa una vez más de cometer un “genocidio” contra los musulmanes uigures. O las “detenciones arbitrarias de mujeres, manifestantes y periodistas” en Afganistán, desde que los talibanes tomaron el poder en agosto.
El informe señala a los gobiernos que “han encarcelado, torturado o incluso asesinado injustamente a opositores políticos, activistas, defensores de los derechos humanos o periodistas” citando, además de Rusia y China, a Corea del Norte, Siria y Nicaragua, donde acusa al presidente Daniel Ortega de favorecer “activamente la impunidad” de quienes violan los derechos humanos si les son leales.
El texto, que abarca 198 países y territorios, documenta abusos contra manifestantes pacíficos que exigen democracia y libertades fundamentales en Birmania, Bielorrusia, Hong Kong, Sudán o Cuba, un “estado autoritario”, dice, donde la mayoría de los abusos son cometidos por “funcionarios gubernamentales bajo la dirección de sus superiores”.
Blinken también condenó derivas en países aliados de Washington, como Egipto, al que achacó el encarcelamiento del abogado y defensor de los derechos humanos Mohamed al-Baqer, o Etiopía donde asegura que “todos los beligerantes” han “cometido atrocidades”.
El jefe de la diplomacia rechazó las críticas de las organizaciones de derechos humanos que lamentan que el gobierno estadounidense no ejerza suficiente presión sobre ciertos países aliados. “Tanto si es un país amigo o un país con el que tenemos realmente discrepancias, nuestra unidad de medida es la misma”, porque los derechos humanos “son universales”, insistió.
Estados Unidos entona en cambio el mea culpa de puertas para adentro. “Hemos reconocido que nuestra nación no siempre ha logrado proteger la dignidad y los derechos de todos los estadounidenses”, reconoce el informe.