El primer año de un o una bebé es fundamental para su desarrollo físico, emocional y psicológico.
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Durante los primeros 12 meses, experimentan cambios espectaculares, ya que duplican su peso y su talla, además que crecen más rápido que en toda su vida, según guiainfantil.com
Sin embargo, en Guatemala esa etapa se interrumpió a 30 bebés, niñas y niños menores de un año, ya que es el número de denuncias que recibió el Ministerio Público (MP) por violencia sexual.
“El dato es de enero a octubre. Preocupa que los bebés, menores de un año, sean víctimas de violencia sexual”, indicó Karla Campos, coordinadora del área jurídica del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM).
La violencia sexual contra la niñez es una grave violación de sus derechos.
Las pruebas indican que este tipo de abusos pueden tener consecuencias físicas, psicológicas y sociales graves a corto y largo plazo. No solo para las niñas y niños, sino también para sus familias y suscomunidades, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
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Más casos de violencia sexual
- El GAM también informó que, de enero a octubre de este año, se reportaron 4 mil 951 denuncias de casos de violencia sexual en menores de edad.
- Se indica que las más afectadas siguen siendo las niñas y adolescentes mujeres, pues hay 4 mil 440 casos. Mientras que, los niños y adolescentes hombres, 481.
- Los departamentos con tasa más alta de casos son: Retalhuleu, Santa Rosa, Escuintla y Guatemala.
“Las víctimas no denuncian por miedo o por vergüenza. En la mayoría de los casos la persona responsable de la violencia sexual es alguien de la familia”, dijo Mario Polanco, director del GAM.
Agresores sexuales
En Guatemala, la violencia sexual es un delito con alta incidencia.
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Su aumento constituye un problema social grave que tiene influencia en otros fenómenos y sectores de la sociedad. Sus víctimas no contemplan distinción de edad, género, condición social, grupo lingüístico o nivel educativo, etc., por lo que cualquier persona es susceptible de ser víctima.
La mayoría de los agresores sexuales suelen ser parientes o familiares cercanos con un vínculo afectivo previamente establecido con la víctima, tales como: Padres, tíos, hermanos, primos, abuelos, padrastros y novios, según la Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (SVET).