Por Viktoria Statsenko
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¿Dónde apareció el término por primera vez?
El término “gaslighting” se originó en la obra británica “Gas Light” (“Luz de gas”, en español). En 1944 se estrenó una película con el mismo nombre. Trata de Bella, cuyo marido, Jack, la convence de que se está volviendo loca para ocultar sus crímenes: él va cada noche al departamento de arriba en busca de las joyas de una mujer rica asesinada mientras que la iluminación de las luces de gas del apartamento hace que las luces se atenúen en el resto del edificio. Después de decírselo a su marido, él le explica que es solo una alucinación. Al mismo tiempo, intenta convencer a Bella de que ha hecho cosas que no puede recordar. Finalmente, ella cree que se está volviendo loca. Y el “gaslighting” no solo ocurre en parejas. Colegas, amigos, jefes e incluso padres que usan presión psicológica sobre sus hijos, podrían convertirse en manipuladores.
¿Cuáles son las formas del “gaslighting”?
Según Pavlova, podemos distinguir formas suaves y fuertes de violencia psicológica: “Las formas ligeras surgen a menudo en la comunicación interpersonal, cuando uno elige intuitivamente esta manera de detener el diálogo y salir de una situación difícil. O los padres no saben cómo reaccionar ante las experiencias del niño y prefieren decir, por ejemplo, que no hay razón para preocuparse y que el niño ha inventado todo. Las formas fuertes incluyen un impacto sistemático y duradero en una persona con el objetivo de suprimir la voluntad y someterla”.
¿Cómo reconocer el “gaslighting”?
Si sientes que el suelo comienza a alejarse de tus pies, te sientes inundado de ansiedad, comienzas a dudar de tu propia idoneidad y al mismo tiempo tienes un sentido de culpa y vergüenza, entonces eres víctima del “gaslighting”. El propósito de un “gaslighter” es suprimir, subyugar, hacerte indefenso y fácil de manipular. Muchos psicólogos están estudiando las formas de “gaslighting” e intentan “abrir los ojos” de las víctimas de los violadores psicológicos. Por ejemplo, el libro de la psicoanalista Robin Stern “El efecto gaslight: Cómo detectar y sobrevivir a la manipulación oculta que otros usan para controlar tu vida” presenta una lista de 20 signos que pueden indicar que eres una víctima de abuso psicológico. Por ejemplo, si te disculpas constantemente con tu pareja, padres o supervisor, o si te preocupa que “no seas lo suficientemente bueno” para ellos, te inquietas por algo que podría hacerlos enojar, los justificas frente a amigos y familiares todo el tiempo, etc.
Peligros para las víctimas
Al igual que con la violencia física, la violencia psicológica puede tener graves consecuencias. Según la revista “Psychologies”, el “gaslighting” puede volver loca a la víctima, pero solo si tiene una predisposición a trastornos mentales, como la esquizofrenia. Comúnmente, las víctimas desarrollan ansiedad y depresión. “La depresión, los trastornos delirantes y la ansiedad patológica son los más comunes. Las dificultades psicológicas para una víctima de ‘gaslighting’ pueden llevar a una disminución de la autoestima, ataques de pánico, pérdida de la autoestima, experimentación de la inutilidad y desarrollo de enfermedades psicosomáticas”, añadió Tatiana Pavlova.
Stern destaca varias etapas por las que pasa una víctima cuando se trata de “gaslighting”:
• La primera etapa es la negación, en la que la víctima nota un comportamiento extraño, pero piensa que no es un incidente grave y que no volverá a suceder.
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• En la segunda etapa, la víctima comienza a dudar de su percepción de la situación, pero defiende su posición y espera que sea posible probar el punto.
• En la última, la víctima comienza a creer que está equivocada y que es culpable de lo que está sucediendo. Además, si está de acuerdo con su pareja y cumple con las expectativas, es posible ganar su aprobación.