Millones de mujeres, niñas y niños son violentados en el mundo día con día, una situación que se ha incrementado durante el confinamiento en el que se encuentra la mitad de la población mundial.
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Sin embargo, algunos casos son más estremecedores que otros, ya que para una víctima de agresión intrafamiliar es muy difícil encontrar una salida al círculo de violencia.
Menos en este tiempo en el que deben convivir la mayor parte del tiempo con su agresor.
Eso ocurrió con una joven de 20 años, en Nayaf, Irak. Malak Haider Al Zubaidi sufría desesperadamente los abusos, golpes y maltratos de su esposo, quien además le prohibía visitar a sus familiares.
La desesperanza de la joven la llevó a prenderse fuego; sin que su pareja hiciera algo por rescatarla de entre las llamas.
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Fue un familiar el que intervino y la llevó a un centro médico, en donde su tormento finalizó en una tragedia.
Al Zubaidi falleció por la gravedad de las heridas que le provocaron las llamas, confirmó Salem al Mahmudaui, funcionaria de la oficina de prensa de la dirección de Salud de Nayaf.
Según medios internacionales, el esposo de la joven, Mohammed Al Mayahli, es un exmilitar y policía que será procesado por el fallecimiento de Al Zubaidi.
La familia de la joven aseguró que él la obligó a cortar toda comunicación con ellos, debido a los abusos a los que la sometía. El día de la tragedia, el hombre agredió a su víctima con un cable para cargar el celular, declaró la familia a los medios.
Una urgencia dentro de la pandemia
El confinamiento en varios países de América Latina para frenar la pandemia de COVID-19 disparó los pedidos de auxilio de víctimas de violencia doméstica, obligadas a convivir con su agresor en una región donde el promedio de feminicidios supera la decena diaria.
Desde la ONU hasta el papa Francisco han reclamado atender el drama de las mujeres en medio de medidas excepcionales con restricción de circulación, la economía paralizada y limitaciones para acceder a la justicia.
"Con el aumento de las presiones económicas, sociales y del miedo, hemos visto un estremecedor repunte global de la violencia doméstica", admitió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
El papa también alertó que las mujeres "a veces corren el riesgo de ser sometidas a la violencia por una convivencia de la cual llevan una carga demasiado grande".