En medio de la crisis por la epidemia de coronavirus, que hasta ahora ha dejado más de 400 muertos en China, surge la historia de Yan Cheng, un joven de 17 años con discapacidad, víctima colateral de la emergencia provocada por la enfermedad.
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Yan Cheng, confinado a una silla de ruedas debido a una discapacidad motora cerebral, fue hallado muerto en su cama el miércoles pasado, después de que su padre y su hermano fueran sacados de su casa y puestos en cuarentena en una instalación 25 kilómetros al sur.
Ambos habían desarrollado fiebre y se sospechaba que habían contraído el temido coronavirus.
Al ser forzados a dejar su hogar, también tuvieron que dejar atrás a Yan Cheng, quien quedó completamente solo y sin los cuidados necesarios que le brindaba su familia.
Su condición no le permitía hablar, caminar ni comer solo.
Falleció el 29 de enero en la comuna de Huajiahe, donde residía.
Pidió ayuda
Incapaz de salir del lugar donde había sido puesto en cuarentena, el padre del joven publicó desesperados mensajes en la plataforma Weibo pidiendo ayuda.
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Según informes, citados por La Vanguardia, funcionarios de la aldea visitaron a Yan, pero solo lo alimentaron dos veces durante el período de seis días.
Un grupo llamado Rice and Millet, enfocado en niños con parálisis cerebral y otras enfermedades, publicó un comunicado diciendo que la tía del joven lo visitó después de que se llevaran a su padre y a su hermano. Sin embargo, no pudo cuidarle durante sus últimos tres días de vida debido a su propia mala salud.
El caso provocó protestas en redes sociales y se abrió una investigación.
"Debido a su reclusión en cuarentena, Yan Xiaowen (padre de Yao) no estaba en condiciones de cuidar" de su hijo, dijeron las autoridades locales. "Por lo tanto, encargó a sus familiares, así como a responsables y médicos del pueblo, que se ocupen de él. Pero los cuidados que recibió el joven no fueron suficientes", añadieron.