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Relato de un Santa Claus: “Estamos para hacer felices a los niños”

Cada año Fredy se disfraza como Santa para llevar alegría a chicos y grandes

A sus 60 años Fredy Tobar tomó la decisión de ponerse el traje rojo para personificar a Santa Claus. No fue necesario colocarse una barba blanca, pues de forma natural ya contaba con ella.

Fue precisamente eso lo que hace tres años hizo que alguien le extendiera una invitación para vestirse como el personaje navideño.

“Gusto mucho de las motos y uso barba. Resulta ser que me vio alguien de un proyecto y me dijo: Señor usted puede trabajar de Santa”, relata.

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¿Qué siente al ser Santa Claus?

Al consultarle como se siente durante la época navideña al interpretar el papel de Santa, Fredy responde que es algo muy especial.

Muchas veces, según cuenta, se ha visto sorprendido por el tipo de regalos que piden los niños.

“Son cosas novedosas, sofisticadas y por los nombres que dan y la forma en que lo piden se ve aquella ansiedad”, dice.

Sin embargo, también dice estar sorprendido pues hay niños que piden otro tipo de cosas, que no son materiales.

“Increíblemente cuando les pregunto que quieren para esta navidad responden: Quiero que mi familia esté unida, y a mí se me hace un nudo en la garganta”, expresa.

Otros deseos de algunos infantes son:

“Quiero que papá regrese a casa”.

“Deseo que mi hermanito se sane”.

El entrevistado señala que mientras unos piden regalos modernos, otros trasladan sus deseos a un nivel familiar y afectivo.

Más “Santa” que otros

Fredy comenta que una de las anécdotas recurrentes en su profesión es el momento en que dudan de su personaje.

“Usted señor, me dice un niñito, usted no es Santa. Entonces le digo que si quieren una prueba de que sí lo soy, me jalen la barba”, relata.

Es de esa forma como empiezan a tomarlo de la barba pero terminan con sonrisas de asombro al verificar que no se le cae. “Usted sí es Santa”, asegura que responden los pequeños.

Según añade, personificar Santa ha significado para él encontrarse incluso con adultos y adolescentes que lo admiran.

“Llegan con sus niños y disfrutan más la visita al lugar donde estamos que muchos niños”, asegura.

Agrega que hay que entender a Santa como alguien real, pero a un nivel en el cual está para hacer felices a las personas.

Con información de Henry Montenegro.

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