La búsqueda de jubilaciones dignas es una de las principales consignas que aparece una y otra vez en las protestas que comenzaron en Chile a mediados de octubre y que se mantienen con fuerza en la actualidad.
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El sistema de pensiones chileno, que es manejado por empresas privadas, fue modelo para otros países de la región, quienes lo adaptaron en sus territorios.
En general, en la región existen dos grandes tipos de sistemas de pensiones: público (con financiamiento estatal) y privado (con financiamiento individual).
Pero también existen los sistemas mixtos (que financian las jubilaciones con fondos del Estado y aportes individuales), sistemas paralelos, en los que la gente puede elegir entre una jubilación con fondos públicos o con fondos personales, y el modelo integrado, que agrega pensiones mínimas al sistema de ahorro individual.
Sistemas de ahorro individual
Es un esquema en el que los trabajadores ahorran en cuentas individuales y esos fondos son administrados por el sector privado e incluso invertidos por las empresas para generar más intereses.
Los sistemas de capitalización individual están presentes en países como Chile, México, El Salvador, República Dominicana y Bolivia.
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Sistema de reparto
Es una forma de ahorro colectivo en el que los que trabajan aportan al sistema y con esos fondos se financian las jubilaciones de los adultos mayores. Esos fondos son administrados públicamente .
Este sistema, con algunas variantes, se utiliza en Argentina, Brasil, Cuba, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Venezuela.
Sistema mixto
En esta variante, el sistema público de reparto y el de ahorro individual se complementan, es decir, las personas pueden pertenecer a ambos sistemas.
Opera en Costa Rica, Panamá y Uruguay
Sistema paralelo
En este sistema, los trabajadores deben elegir entre el modelo público de reparto y el de ahorro individual, por lo que son sistemas excluyentes.
Opera en Colombia y Perú.