Crece la tensión en Ecuador. En medio de las protestas que han sumido al país sudamericano en el caos desde hace más de una semana, indígenas anunciaron este jueves que retuvieron a ocho agentes de la policía local.
Los uniformados, entre ellos una mujer, fueron presentados por los manifestantes sobre la tribuna del ágora de la Casa de la Cultura, en Quito, donde los indígenas se concentran tras protagonizar una masiva movilización el miércoles.
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Por medio de un comunicado, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), principal organización indígena de Ecuador, confirmó la retención de los agentes, aunque garantizó que no se les hará daño.
"En el marco del Paro Nacional, aclaramos que los miembros de la Policía Nacional retenidos en el ágora de la Casa de la Cultura están, como pueden constatar todos los medios de comunicación que lo deseen y los miles de personas presentes, garantizados sus derechos humanos, físicos, psicológicos y de sobrevivencia en situación de conmoción social, contemplados en la Constitución de la República del Ecuador y demás instrumentos internacionales", señala el texto de la organización.
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El acuerdo al que se quería llegar, según Metro Ecuador, era que los policías se retiraran de los exteriores de la Casa de la Cultura, para que los manifestantes pudieran salir en marcha pacífica.
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Rechazan diálogo
La retención de los uniformados ocurre el mismo día en el que el Conaie rechazó de forma contundente el diálogo con la administración del presidente Lenín Moreno, asegurando que no negociarán con un "gobierno asesino".
"Lagrimas de ira tenemos (…) el diálogo que plantea Lenín Moreno es una fantochada. Por eso, compañeros, a radicalizar acciones. Nada de diálogo con un gobierno asesino hasta que se cumplan los mínimos requisitos", señaló la organización en el texto firmado por su presidente, Jaime Vargas.
Tras una semana de violentas manifestaciones, que además de dejar víctimas sumieron a Quito en el caos e interrumpieron el transporte de crudo por el principal ducto del país, las expectativas se centraban en una posible negociación, mediada por la ONU y la Iglesia católica.
La Defensoría del Pueblo informó de cinco civiles muertos, incluido un dirigente indígena, desde el inicio de las protestas, el pasado 2 de octubre.