Al menos dos huracanes azotan casi simultáneamente el hemisferio Norte de América en las costas Oeste y Este de México y Estados Unidos. Las tormentas han sido identificadas como Lorena y Jerry.
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El huracán Lorena, de categoría 1, tocó la madrugada de este jueves la costa del occidental estado mexicano de Jalisco con fuertes lluvias y rachas de viento superiores a 70 km/h.
El huracán se localiza en la localidad de la Huerta, en Jalisco "y su centro se encuentra recorriendo la costa de dicho estado", dijo en un informe el Servicio Meteorológico Nacional de México.
El informe agregó que Lorena genera nublados densos con lluvias torrenciales, fuertes rachas de viento y oleaje elevado en las costas.
Protección Civil del estado de Jalisco se declaró en alerta roja ante el paso del huracán.
Jerry en el Caribe
La tormenta Jerry, que se dirigía al Caribe, se convirtió en un huracán de categoría 1 el jueves, pero representa poco riesgo para un área ya afectada por varios desastres naturales, según los servicios meteorológicos de Estados Unidos.
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"El epicentro de Jerry pasará el viernes cerca o al norte de las Islas de Sotavento, el sábado al norte de Puerto Rico y el domingo al sureste de las Bahamas", dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami, en su boletín de las 15H00 GMT.
Se emitieron alertas de tormenta tropical para siguientes 36 horas en el Caribe entre Barbuda en el sur y Anguila en el norte. En las islas francesas de Saint-Martin y Saint-Barthelemy, las autoridades locales han lanzado preventivamente el jueves una alerta amarilla de ciclón.
Con vientos que promedian 120 km/h, la marea podría crear "olas mortales y fuertes corrientes" en parte de las Islas de Sotavento, hacia la tarde del jueves, advirtió el NHC.
Se espera que el huracán genere entre 250 mm y 750 mm de lluvia sobre Barbuda, St. Martin, Anguila y Anegada en las Islas Vírgenes Británicas.
La sompra de María azota Puerto Rico
A Sixto Marrero se le pone la piel de gallina con cada aguacero. El techo de su casa fue arrasado hace dos años por el huracán María, que devastó a Puerto Rico, y fue sustituido por una lona que todavía hoy lo protege de la lluvia.
Su humilde residencia en una barriada en pleno San Juan, la capital de la isla, es una las 30.000 que tienen "techos azules", como se conoce a los toldos que entregó la agencia federal estadounidense de emergencias FEMA para cubrir las casas que perdieron el tejado en el desastre.
"Yo estoy en una depresión. Ha habido momentos en los que he pensado que no vale la pena estar vivo, todavía a dos años, todavía, estoy sufriendo el huracán", dijo a la AFP Marrero, de 71 años y que vive de una pensión de poco más de 1.000 dólares.
Su casa, una estructura de madera con techo de zinc, tiene dos plantas. Pero tras el paso de María -que tocó Puerto Rico el 20 de septiembre de 2017 como huracáncategoría 4 y dejó unos 3.000 muertos, según un estudio validado por la isla- quedó apenas la cuarta parte del tejado.