El número de familias y niños migrantes que están ingresando a Estados Unidos desde México es tan alto que la Patrulla Fronteriza está dejando en libertad a algunos de ellos. Esto en lugar de transferirlos a la agencia responsable de su liberación, lo que ha obligado a los gobiernos locales a ayudar a coordinar su albergue, comida y transporte.
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“Necesitamos trabajar hacia una limpieza completa”, dijo Richard Hudson, subjefe de operaciones de la Patrulla Fronteriza, en una carta obtenida por The Associated Press que fue enviada a los jefes de sector el jueves.
Miles de familias serán liberadas sin pasar por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), la cual debe encargarse de los casos de deportación.
Sin embargo, los agentes seguirán realizando revisiones médicas y de antecedentes penales de los migrantes.
"Les tomarán la palabra"
Desde hace algunas semanas se indicó que los agentes empezarían a liberar a migrantes "bajo palabra" en los sectores de Del Río y del Valle del Río Grande, en Texas, y el de Yuma, Arizona.
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Un agente de la Patrulla Fronteriza, sin autorización para dar declaraciones, dijo el miércoles que las ciudades de El Paso y San Diego planeaban hacer lo mismo.
Sin embargo, algunos sectores no forman parte de este cambio, como el de Tucson, Arizona, y el de El Centro, California.
Generalmente, las familias son liberadas con notificaciones de comparecer ante un tribunal de inmigración debido a las restricciones legales sobre su arresto y la falta de espacio en los centros de detención.
Aumento de inmigración
Hasta ahora, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) los había detenido por un breve periodo para después entregarlos al ICE, habitualmente dentro de 72 horas, para que fueran liberados a la espera del resultado de sus casos de inmigración.
La acción ocurrió mientras la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen le escribió al Congreso para pedirle fondos de emergencia para las necesidades humanitarias y operativas, y para tener la facultad de detener a las familias juntas tanto como sea necesario para deportar a la gente más rápido.
“El volumen de ‘poblaciones vulnerables’ es insostenible. Nuestro sistema ha podido sobrellevar grandes números en el pasado, pero la composición que tiene el flujo de hoy en día hace que sean virtualmente inmanejables”, escribió.
Los arrestos a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos se han disparado en los últimos meses. De seguir así, los agentes fronterizos registrarían 100.000 detenciones y denegaciones de ingreso en la frontera este mes, de las cuales más de la mitad son familias con niños.