Después de un mes de haber fallecido, familiares pudieron enterrar a Felipe Gómez, quien murió el 24 de diciembre cuando era custodiado por la Patrulla Fronteriza, en Estados Unidos, luego de intentar llegar a ese país.
PUBLICIDAD
Los restos del menor de 8 años fueron depositados en el cementerio de la aldea de Yalambojoch, en el municipio de Nentón, Huehuetenango, donde vecinos acompañaron el féretro desde su casa.
Catarina Gómez Alonzo, hermana del niño, escribió sobre el cemento fresco el nombre de Felipe y la fecha de cuando falleció, en manos de la Patrulla Fronteriza estadounidense, en un hospital de Nuevo México.
Aún se desconocen la causa del deceso de Felipe, quien era acompañado de su padre.
Congresistas de Estados Unidos se pronunciaron sobre la muerte ya de varios niños guatemaltecos que permanecen detenidos por intentar cruzar la frontera sur de ese país.
0 of 8
Caso provoca indignación
Lágrimas, velas, pequeños carteles, una casa de madera y láminas, y un ambiente de mucha pobreza y limitaciones, fueron el marco para un funeral de un inocente al que se le truncaron los sueños por querer perseguir uno más ambicioso pero casi inalcanzable: llegar a Estados Unidos.
La muerte del menor causó indignación. Varias voces se alzaron para expresar su indignación por la muerte del niño migrante guatemalteco Felipe Gómez.
PUBLICIDAD
La historia de Felipe Gómez se unió a la de Jakelin Caal, una niña de 7 años que también murió bajo la custodia de autoridades estadounidenses luego de ser detenida por policías federales.
Ambas noticias no solamente avivaron la indignación de compatriotas guatemaltecos, sino también de varias partes del mundo que no daban crédito a la muerte de dos pequeños niños.
